Una niña herida grave en un atentado contra la casa cuartel de Laredo

Los dos artefactos explosivos, compuestos por uno y dos kilos de Goma 2 respectivamente, que en la madrugada de ayer hicieron explosión, con un intervalo de 20 minutos a partir de las 2 de la madrugada, en las ventanas laterales de la casa cuartel de la Guardia Civil en la localidad cántabra de Laredo, y que causaron heridas graves a una joven de 15 años, hija de uno de los guardias civiles del puesto, y la destrucción, prácticamente total, de la vivienda que ocupaban, podrían haber sido colocados por un comando de ETA.

Maribel Rodríguez Mateo, de 15 años de edad, hija del número de la Guardia Civil Gonzalo Rodríguez Rodríguez, que ocupaba la parte baja de uno de los pabellones de la casa cuartel, en cuyas ventanas fueron colocadas las dos bombas, resultó con heridas múltiples calificadas de pronóstico grave, al recibir el impacto de la primera, explosión cuando se encontraba sentada en su cuarto, ,pocos minutos después de regresar de las fiestas de verano que se celebraban en Laredo. Una hermana menor de la herida, Giovana, de cinco años de edad, resultó ilesa, a pesar de que su cama se encontraba pegada a la ventana, al quedar debajo del colchón por efecto de la explosión. Tanto el padre de las jóvenes como su esposa, Andrea Mateo Jerez, de 48 y 46 años de edad, respectivamente, naturales de Cáceres, resultaron con múltiples contusiones de carácter leve al caer sobre ellos, que ocupaban la habitación contigua, parte de la pared y algunos muebles.Transcurridos los primeros momentos de indecisión, "creí que era un terremoto o un trueno, pero de pronto todo se me cayó encima y la boca se me llenó de polvo, y entonces fue cuando oí los gritos de mi hija", confiesa Andrea Mateo. La totalidad, cerca de 20 personas que habitaban la casa cuartel de la Guardia Civil, abandonaban ésta semidesnudos, mientras que fuerzas del Cuerpo comprobaban los daños causados por el atentado. En ese momento fue descubierto el segundo artefacto, situado en otra de las ventanas del mismo pabellón, dándose la voz de alarma con el tiempo justo para que las fuerzas del orden y los numerosos curiosos que se habían ido concentrando abandonasen el lugar, no sin cierta resistencia de estos últimos. La segunda explosión, de mayor intensidad que la anterior, se produjo unos 20 minutos después de aquélla, lo que es interpretado por la Guardia Civil como un intento de tender una trampa a los artificieros o de provocar una verdadera catástrofe.

A partir de ese momento se procedió a un rastreo minucioso de la zona, ante la eventualidad de que, pudieran hallarse otros artefactos, en tanto que el alcalde de la, villa cántabra, José Ramón López Revuelta, ordenaba el cierre de todos los locales públicos, suspendiéndose las fiestas del carnaval de verano que se estaban celebrando. Miembros de la Policía Municipal recomendaban al mismo tiempo al vecindario que se retirase a sus domicilios. La población de Laredo, unos 12.000 habitantes, se ve engrosada en esta época del año con mas de 80.000 visitantes.

A última hora de la tarde la casa cuartel era desalojada por la mayor parte de sus ocupantes, dado el estado de deterioro de los pabellones vivienda, siendo instalados provisionalmente en el Hogar Fátima, dependiente del Gobierno regional.