Los nacionalistas vascos, preocupados por la inflexibilidad del Gobierno central

Los nacionalistas vascos, que tan satisfechos se habían mostrado tras conocer la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la LOAPA, no ocultan su preocupación por la actitud, a su juicio, tan "inflexible" del Gobierno central. Después de estos dos años de intensos enfrentamientos dialécticos entre nacionalistas y socialistas, los primeros han recuperado una imagen de credibilidad entre los sectores más escépticos de la sociedad vasca. Sin embargo, no utilizarán esta baza para mover el calendario electoral.Todavía faltan siete meses para que los ciudadanos vascos acudan de nuevo a las urnas para elegir, por segunda vez, a sus representantes en el Gobierno y Parlamento autónomos. Nada más tener conocimiento del fallo de la sentencia del alto tribunal, que anula total o parcialmente catorce de los 38 artículos de la LOAPA, se especulaba con la posibilidad de que el presidente vasco disolviera el Parlamento para convocar elecciones antes de la fecha prevista.

Los nacionalistas reconocen, sin triunfalismos, que la sentencia sobre la LOAPA les favorece, que recuperan una imagen de validez jurídica que desde algunos sectores se había puesto en tela de jucio y que, en consecuencia, podría ser utilizada en su favor en una inminente campaña electoral. Pero no lo van a hacer, a menos que se vean obligados a ello.

Cuando se le preguntó al lendakari Carlos Garaikoetxea si pensaba adelantar las elecciones autonómicas y respondió negativamente, por entender que "no sería honesto para el electorado", citó tansólo dos posibilidades como únicos factores que podrían forzarles a cambiar el calendario electoral. El Gobierno vasco tan sólo adelantaría las elecciones en un presunto caso de ingobernabilidad (el gabinete de Carlos Garaikoetxea ha atravesado momentos más críticos que el actual) o de creciente confrontación entre las dos administraciones. Este mensaje fue lanzado por el lendakari en Vitoria, a la vez que emplazaba al Gobierno central a negociar el desarrollo estatutario, mientras que el ministro Tomás de la Quadra intentaba, en Madrid, restar importancia a la sentencia del tribunal.

Aunque todavía faltan algunos meses para las próximas elecciones, no cabe duda de que los nacionalistas se presentarán con una imagen nueva. Será una de las primeras ocasiones en las que, con la razón que el gran tribunal les ha dado, no venderán frustración, sino que pretenderán demostrar a los sectores que no creen en la vía institucional, más de 180.000 votantes en una comunidad de dos millones de habitantes, que el estatuto de autonomía tiene dos lecturas: "la restringida y la generosa".

Precisamente por eso la obsesión nacionalista se centra en poder demostrar a los sectores radicales que las aspiraciones autonómicas del pueblo vasco pueden verse realizadas perfectamente si se aplica la lectura generosa del Estatuto. No es casualidad que el lendakari Carlos Garaikoetxea reconociera, en el curso de su última conferencia de prensa, que con espaldarazos como el de la sentencia se le arrebatan argumentos a Herri Batasuna.