Diplomacia de intenciones o frivolidad
La diplomacia de intenciones o de globo sonda por medio de la Prensa, practicada por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, el pasado fin de semana en el Campo de Gibraltar anunciando que se iba a entrevistar con 30 gibraltareños, representantes de los sectores políticos, sindicales y profesionales de la colonia, no deja de ser una fórmula que se utiliza frecuentemente en otros países y que puede tener una justificación si se quieren conocer reacciones, o provocarlas.Lo que ocurre es que a veces la Prensa sigue de cerca los movimientos y trata de comprobar si los hechos se producen efectivamente como fueron anunciados. El ministro Morán no se entrevistó con ningún gibraltareño en sus 24 horas de estancia en el Campo de Gibraltar el pasado fin de semana. EL PAÍS y la Agencia Efe, únicos medios que pisaron materialmente los talones del ministro durante esa jornada, publicaron que no hubo tales entrevistas.
La intención de Morán existía, pero los encuentros no se prepararon con anterioridad y el responsable de la diplomacia española esperó algunas horas de] domingo por si se inaterializaban, en un hotel de carretera a la salida de San Roque, acompañado de su asesor en el tema, Francisco Mayans, que se encontraba de vacaciones en Sotogrande y que se desplazó el sábado a la zona.
Fernando Morán llegó a Málaga en un avión Mystére, acompañado de su esposa el sábado y por carretera se trasladó a San Roque para pronunciar una conferencia sobre Literatura de la Postguerra, en los cursos de verano que organiza el ayuntamiento de dicha localidad. La conferencia duró de 20.30 a 21.30 y a ella asistieron los alcaldes socialistas de San Roque, La Línea y varios profesores y periodistas que se encuentran participando en los cursos de verano. También estaba Juan José Triay, que lleva negocios consulares de países hispanoamericanos en Algeciras y que es hermano del presidente del partido para la Autonomía de Gibraltar, que no tiene representación parlamentaria en la Roca. Ese fue el único momento en que Morán saludó a Triay, que, por otra parte, apenas tiene relaciones con la colonia británica.
Después de la conferencia, Morán se reunió con los periodistas locales en una rueda de prensa en la que, entre otras cosas, negó que tuviera previsto un encuentro con gibraltareños, aunque recordó que estaba allí y que el _que quisiera podía venir a verle. Hacia las 22.30, Fernando Morán, acompañado de su esposa, el matrimonio Mayans, los alcaldes de los pueblos citados, el profesor Enjuto y José Antonio Novais, se marchó a cenar a un restaurante de la costa. La cena privada concluyó hacia las 02.00 de la madrugada del domingo y Morán regresó a su hotel.
El domingo, el ministro de Asuntos Exteriores permaneció en el hotel hasta las 14.30 haciendo varias llamadas telefónicas a Rabat para dar instrucciones al embajador español y a la delegación negociadora ante los problemas continuos que surgían en el último día de la prórroga del acuerdo con Marruecos. A media mañana bajó de su habitación para saludar al alcalde y corporación socialista de Algeciras y conversó con tres periodistas que montaban guardia en el salón del hotel: dos de este periódico (uno reportero gráfico) y otro de la agencia EFE.
A la hora del almuerzo, los matrimonios Morán y Mayans, se trasladaron a otro restaurante típico de la zona donde comieron solos y hacia las 17.00 horas regresaron al hotel porque el ministro tenía que llamar de nuevo al embajador en Rabat y recoger el equipaje. Poco después partió por carretera hacia Jerez de la Frontera, donde a las 19.00 horas le esperaba el Mystére para traerlo de regreso a Madrid.
El lunes por la tarde, cuando EL PAÍS y EFE habían constatado que no se celebraron entrevistas con gibraltereños, la Oficina de Información Diplomática utilizó a la Agencia Europa Press para decir en una nota que el ministro se había reunido "con personalidades de Gibraltar, con las que comió, sin dar nombres ni otros detalles. Efectivamente los periodistas citados decidieron respetar la intimidad del ministro y no acudir al almuerzo privado, acompañado de las esposas y en el que es posible que Morán saludara en el restaurante a algún gibraltereño conocido que se encontrara allí, como publicaba ayer otro diario de Madrid.
De todas formas habría que preguntar a la OID, ninguno de cuyos funcionarios acompañó al ministro en este viaje, por qué tardó casi 24 horas en informar a Europa Press de lo contrario que EL PAÍS y EFE escribieron en sus informaciones. Habría que preguntar también por qué un tema político tan importante como éste se trata con tanta frivolidad.
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