Polémica municipal por la compra de un cuadro sobre 'bigotes reaccionarios'

La adquisición por el Ayuntamiento de Madrid de un cuadro titulado Diversos tipos de bigote reaccionario español o varios aspectos del Sindicato de Actividades Diversas, obra del pintor madrileño Eduardo Arroyo, con destino a los fondos pictóricos del Museo Municipal, originó ayer una fuerte polémica entre los concejales del Grupo Popular y los de la mayoría de izquierdas, en el transcurso de la reunión de la Comisión Permanente. Otro punto polémico fue la discusión de las cuentas de los festejos de Carnaval de febrero pasado. En ambos casos, las propuestas del equipo de gobierno fueron aprobadas con el voto en contra de la oposición.El cuadro en cuestión muestra nueve caras con bigotes diferentes, alineados en tres columnas de tres ejemplares cada una, presididos en la parte superior de la tela por una navaja barbera entreabierta, y ha sido adquirido por 1.800.000 pesetas. José María Álvarez del Manzano, portavoz del Grupo Popular, calificó el lienzo de "malo y caro". Al contrario, Enrique Moral, concejal de Cultura, manifestó, en una conferencia de prensa posterior a la Comisión Permanente, su agradecimiento al pintor Arroyo por haber vendido el cuadro muy por debajo de su valor en el marcado, y expuso sus sospechas relativas a que la oposición de los concejales aliancistas se debiera a que se sentían aludidos por el motivo de la pintura.

En cuanto a la aprobación de las cuentas de los carnavales de este año, el Grupo Popular votó en contra por entender que las fiestas habían sido demasiado costosas para los resultados obtenidos.

José María de la Riva, coordinador del grupo de concejales socialistas, anunció en la conferencia de prensa que el Gabinete de Dirección municipal ha aprobado un proyecto de descentralización funcional, por el cual las juntas de distrito verán ampliadas sus competencias de forma importante, incluída la potestad de otorgar licencias de todo tipo. Según De la Riva, esto supondrá una agilización tremenda de la burocracia municipal y una mejora sustancial en el servicio al ciudadano, que hoy se ve empujado de ventanilla en ventanilla.