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El ayuntamiento, preocupado por la situación sanitaria del poblado gitano de Vicálvaro

Los responsables de tres juntas de distrito, San Blas, Moratalaz y Ciudad Lineal, dos delegaciones municipales Mantenimiento y Asistencia Social, y el Gobierno Civil estudian en la actualidad las medidas a adoptar tendentes a conseguir una mejora en el control sanitario y en el saneamiento del poblado gitano ubicado en el norte de Madrid, en el que se calcula que viven unas 800 familias. De momento, se ha comenzado el traslado del varias familias ocupantes de edificaciones junto a la avenida de Daroca y se realiza una campaña municipal de vacunaciones.

Los motivos de este interés por el asentamiento gitano situado entre la calle Hermanos García Noblejas, la avenida de Daroca, la avenida de Guadalajara y Vicálvaro son diversos y van desde el deseo de mejorar las condiciones de vida en las que vive una población, cuyo número se desconoce, hasta acabar con los roces surgidos en los últimos meses con los vecinos de Vicálvaro, pasando por la comprobación de las denuncias realizadas sobre la supuesta venta de numerosos objetos robados en los mercadillos situados junto a las chabolas.Dentro de este plan, el pasado miércoles comenzó el traslado de las familias ocupantes de chabolas situadas junto a la avenida de Daroca a una explanada preparada al efecto, a unos 40 metros de su asentamiento original. El traslado, que afectará en total a unas 30 familias, obedece a un intento de acabar con los trastornos que la presencia de los depósitos de vehículos desguazados causaban en el tráfico de la zona y al deseo de evitar el roce entre gitanos y vecinos, quienes hace dos meses realizaron diversos cortes de tráfico para pedir la expulsión de los chabolistas.

El cambio de ubicación de las chabolas ha permitido, además, a los responsables municipales buscar una zona, explanarla y limpiarla, con lo que se reducen los peligros sanitarios que suponía habitar sobre unas escombreras. Asimismo, a comienzos de la semana pasada comenzó una campaña de vacunación entre la población gitana, que terminará el próximo día 29. Aunque se pretendía vacunar a la totalidad de los habitantes del poblado, el personal sanitario ha comprobado que los adultos son, en general, reacios al tratamiento. La actuación municipal se ha completado con la instalación de letrinas, conducciones para las aguas residuales, desecación de charcas y otras medidas sanitarias.

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