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EE UU y Portugal negocian la utilizacion de la base de Lajes

Portugal y Estados Unidos reiniciaron el lunes, en Lisboa, las negociaciones sobre la utilización por la fuerza aérea norteamericana de la base de Lajes, en el archipiélago de Azores. El estatuto de la base número cuatro de la Fuerza Aérea portuguesa consta de un acuerdo técnico incluido en el acuerdo de defensa luso-estadounidense.

La crisis política abierta en Portugal, en diciembre último, con la renuncia del primer ministro, Pinto Balsemáo, impidió la revisión del acuerdo técnico en los plazos previstos, y éste caducó en febrero del año en curso. Inmediatamente, entró en vigor una prórroga de un año de las condiciones anteriormente negociadas entre los dos Gobiernos.Un comunicado del Ministerio luso de Exteriores precisa que las conversaciones entabladas el lunes, y que concluirán mañana, tienen como único objetivo la actualización del referido acuerdo técnico. Esta nota oficial no disipa totalmente la expectativa creada alrededor de las negociaciones militares luso-americanas.

Recientemente, el primer ministro, Mario Soares, negó formalmente que Estados Unidos esté presionando al Gobierno de Lisboa para que autorice la presencia, permanente o temporal, de armas nucleares norteamericanas en territorio portugués.

Oficialmente, se discuten en la actualidad en Lisboa las compensaciones, económicas y militares, a pagar por EE UU por la utilización de la base de Lajes en las condiciones actuales, o sea, dentro del "teatro de operaciones de la Alianza Atlántica". Toda eventual utilización de la base para operaciones fuera del ámbito de la OTAN depende de la autorización formal de Lisboa.

Sin embargo, el Congreso de Estados Unidos votó el año pasado un crédito de 50 millones de dólares (cerca de 7.500 millones de pesetas) para la ampliación y modernización de la base de Lajes. En ocasión de las visitas de Balsemáo y de Soares a Washington, en diciembre y marzo últimos, la Casa Blanca insistió sobre la importancia estratégica de la base, en particular como escala para la Fuerza de Despliegue Rápido, en una eventual intervención en Oriente Próximo, el golfo Pérsico, norte de África o Atlántico sur.

Discusión a tres niveles

El actual Gobierno, presidido por el socialista Mario Soares, mantiene, oficialmente, la tesis lanzada por el ejecutivo de Afianza Democrática de Pinto Balsemáo, o sea, la negociación en tres partes o niveles separados, aunque eventualmente simultáneos.El primer nivel, al que corresponden las conversaciones iniciadas ahora, concierne a la renovación del acuerdo existente y afecta exclusivamente a la base de las Azores. El segundo nivel, que debe ser objeto de otras compensaciones, se refiere a utilizaciones de la misma base no previstas en el acuerdo vigente, implicando aumento de las instalaciones y del personal americano estacionado permanentemente, y, en consecuencia, riesgos y responsabilidades internacionales también nuevos para Portugal. El tercer nivel, en que se incluiría, supuestamente, la presencia de submarinos nucleares y bombarderos atómicos, de forma permanente o en tránsito, en establecimientos militares portugueses diferentes a la base de Lajes, fue citado por fuentes oficiales americanas de manera muy imprecisa, bajo la expresión "otras facilidades militares en territorio portugués continental".

Técnicos militares americanos han visitado, en varias ocasiones, las bases aéreas portuguesas, manifestando interés por la base de Beja, que dispone de infraestructuras suficientes para dar apoyo logístico a los B-52.

El presidente del Gobierno autonómico de Madera, el socialdemócrata Alberto Joao Jardim, ha hablado varias veces de la posibilidad de instalar una base de submarinos nucleares en la isla de Porto Santo, afirmando que el Gobierno autónomo no se opondría a este proyecto, a condición de que las compensaciones estadounidenses sean colocadas prioritariamente al servicio del desarrollo regional.

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