La explosión del dólar y su control
La mayoría de los comentaristas internacionales atribuye la pujanza del dólar al efecto aspiradora de los altos tipos de interés y de las fuertes emisiones de deuda pública de la economía norteamericana, que, a pesar de los altos tipos reales de interés, posee un considerable dinamismo en el sector servicios, debido a que su capacidad de asesoramiento y apoyo financiero, tecnológico e informativo resulta ser cada vez más vital para el buen funcionamiento de la economía mundial.Crecimiento de la deuda internacional
La otra cara de la moneda es el fuerte crecimiento de la deuda internacional nominada en dólares, proceso que se vio espoleado por la crisis energética de finales de 1973, que provocó ingentes problemas a la hora de financiar los desequilibrios de las balanzas de pagos de la mayoría de los países del mundo. Al principio, los bajos tipos de interés y la debilidad del dólar facilitaron la financiación internacional, pero a partir de los.ochenta la continua revalorización del dólar y los altos tipos de interés han provocado una situación de virtual insolvencia internacional, obliganda a la banca mundial a renegocíar volúmenes cada vez más considerables de deuda exterior, recurriendo para ello al apoyo de los organismos reguladores del sistema financiero internacional.
Sin embargo, últimamente son cada vez más numerosos los países que van siendo incapaces de pagar los intereses de la deuda acumulada en dólares, lo que supone el inicio de una situación de virtual quiebra económica de los países implicados, situación de la que no podrán salir mientras los altos tipos de interés mantengan deprimidos los niveles de inversión, actividad y comercio de la economía mundial.
¿Quiebra financiera?
Si prosigue el proceso especulativo al alza de la moneda norteamericana es inevitable que la quiebra financiera se extienda a más países, y de ahí sólo hay un paso para que se produzca el desplome de las expectativas en los mercados cambiarios. El impago total de muchas naciones provocaría el cierre, por insolvencia, de la baúca internacional, y esto, a su vez, la caída especulativa del dólar en los mercados de cambios. Al final, todo! los paises implicados tendrían que reunirse para fijar una paridad estable del dólar y salvar de ese modo el comercio y la financiación del mundo entero.
Sin embargo, la situación antes descrita no tiene por qué ocurrir. Un descenso sustancioso y permanente de los tipos de interés norteamericanos eliminaría de raíz el efecto aspiradora y permitiría, a su vez, la recuperación de los niveles de inversión, actividad y comercio en el mundo entero. Con ello se evitan y solucionan igualmente las situaciones de insolvencia y de quiebra de las naciones más débiles. Para Norteamérica, esto implicaría, bien la pasividad de la Reserva Federal ante un mayor crecimiento de la masa monetaria en circulación, bien un fuerte recorte del presupuesto federal en materia de rearme o de seguridad social. Con todo, es poco probable que este proceso afectase sustancialmente la seguridad y el bienestar de la nación más rica y poderosa de la Tierra.
es economista.
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