El sacerdote Fernández Krohn aplaza su boda a causa de la publicidad generada por el caso

Juan María Fernández, Krohn, el cura integrista que atentó contra el Papa el 12 de mayo de 1982 en Fátima, ya no se casará el 24 de julio, día en que cumple 34 años, como era su intención. La novia, María Judite Lorena, una portuguesa de 43 años, anunció ayer que habían decidido aplazar la boda porque la publicidad hecha alrededor del caso les parece incompatible con el sentido altamente espiritual de su enlace.Después de los episodios escandalosos de los dos juicios, se pensaba que el caso Krohn estaba definitivamente cerrado. Los funcionarios de la cárcel de. Lisboa donde Krohn se halla detenido estaban convencidos de que la sentencia relativamente severa de siete años y medio de prisión llevarían al joven sacerdote integrista a reflexionar sobre su futuro. Registraron con satisfacción que Krohn aceptara trabajar en la administración de la cárcel y dejara de vestir la sotana verde que lució durante el juicio.

Su petición de casarse con María-Judite Lorena fue interpretada como una manifestación del cambio operado, y los trámites legales fueron iniciados normalmente. No existía ningún impedimento legal y la única dificultad era concluir a tiempo el proceso para que la boda pudiera celebrarse, como quería Krohn, el 24 de julio.

Los servicios penitenciarios aseguran que fue respetado el secreto sobre la preparación de la boda. Sin embargo, la noticia fue filtrada a la Prensa.

Las personas que tratan diariamente con Krohn en la cárcel confiesan ahora que tuvieron desde el primer momento dudas sobre la firmeza de las intenciones matrimoniales de Krohn, debido a la personalidad de la novia. María Judite Lorena tiene 43 años y es activa militante de la iglesia protestante de los Adventistas del Séptimo Día, de la que fue misionera en África durante varios años. Está divorciada y es madre de dos hijos. El menor, de 20 años, está preso en la misma cárcel que Krohn, acusado de homicidio. María Judite y Krohn se conocieron en el locutorio de la cárcel y del flechazo nació un amor "profundamente espiritual en Cristo" afirma la novia.