Solana, partidario de cambiar ciertos hábitos del fútbol

El ministro de Cultura, Javier Solana, después de recibir ayer por la mañana una representación del fútbol, declaró que la crisis que atraviesa actualmente este deporte no se soluciona si no es con la colaboración de la Administración. "Hay que cambiar bastantes de los talantes y hábitos que proliferan ahora en el fútbol", manifestó. La representación del fútbol, al concluir la entrevista con Javier Solana, no se mostró demasiado explícita en sus declaraciones, lo que demuestra que se mantienen las posturas encontradas entre los estamentos federativos del fútbol y la Administración.

La entrevista se desarrolló entre el ministerio de Cultura y los presidentes de la Federación Española, los de las federaciones territoriales de Andalucía, Aragón y Murcia, y los de los clubes Atlético de Madrid, Barcelona y Sevilla. Según se desprende de las declaraciones de Javier Solana, éste se limitó a escuchar las consideraciones de los dirigentes futbolísticos y después a informar él de los próximos pasos que dará la Administración para aclarar la situación actual de este deporte.La disparidad de criterios y diferencias de interpretaciones de los hechos se mantienen desde que el ministro de Cultura decidió cortar las subvenciones económicas a la Federación Española de Fútbol y, consecuentemente, a las territoriales.

Javier Solana indicó que los hombres del fútbol le solicitaron una entrevista y que se la concedió lo antes posible. La justificación de la entrevista fue informar al ministro de una situación que aseguraron desconocía. El presidente del Barcelona y el de la Federación Aragonesa entregaron. Al ministro le entregaron unos documentos en los que se explica el funcionamiento de un club como el catalán y de una federación territorial. El ministro declaró que no es razonable la queja de los hombres del fútbol de que desconociese este deporte. "Los representantes futbolísticos me han insistido en sus quejas. Pero les he dicho por activa y por pasiva que la Administración no tiene nada contra el fútbol. Se ha limitado a aplicar y hacer cumplir la ley. Es más, hemos aplicado con generosidad la ley del Deporte al exigir transparencia en las cuentas federativas".

La Administración, según las manifestaciones de Javier Solana, mantiene cierta desconfianza ante el fútbol por el resultado de la auditoría de las cuentas federativas de 1982. El ministro de Cultura, al insistir en este aspecto, también declaró no encontrar satisfactorio el anteproyecto de la liga profesional de clubes, presentado el pasado viernes a los presidentes de Primera División como tampoco la separación que se pretende del fútbol profesional del aficionado.

Posible chantaje

De todos modos valoró la iniciativa federativa de ese proyecto, al conceder un reconocimiento y una necesidad de cambio que requiere el fútbol español.El ministro de Cultura adelantó que la Administración es previsora ante la posibilidad de que los clubes decidan no facilitar el calendario de Liga con el tiempo suficiente para el normal desarrollo de las quinielas.

"Si hubiera una situación de chantaje como ésta", insistió Javier Solana, "la Administración proporcionará su oportuna respuesta". En este sentido el ministro de Cultura manifestó que no tiene miedo alguno a la asamblea general que el fútbol celebrará en Madrid el próximo jueves, por las consecuencias de las decisiones que en ella se produzcan.

El presidente de la Federación Española, Pablo Porta, informó de la convocatoria que los presidentes de las federaciones territoriales recibieron para reunirse mañana con el secretario de Estatado para el Deporte.

Esta reunión tiene como objetivo explicar las normas que a partir de ahora habrán de cumplimentarse para recibir las cantidades de las subvenciones correspondientes.

Los representantes de las federaciones territoriales consideran estas normas imposibles de cumplir por los requisitos que exigen.

Esta opinión no es compartida por el ministro de Cultura, aunque reconoció su dificultad, por la situación a que se ha llegado con la auditoría de las cuentas federativas de 1982.

Pablo Porta solicitó el resultado de la auditoría, "porque pienso darlo a conocer públicamente en la asamblea general".