Editorial malicioso

Nunca entro a valorar opiniones de medios de comunicación social que se refieran a mí, y es notorio que muchas veces me han afectado las opiniones editoriales de ese periódico. Sin embargo, en el tema de las incompatibilidades de los funcionarios de las Cortes, por respeto a la verdad, en defensa del Parlamento y de la dignidad de sus funcionarios, no tengo más remedio que salir al paso de una de las más escandalosas manipulaciones informativas que conozco, sobre cuya base se han construido varios editoriales. Me voy a limitar a describir los hechos que han producido tal escándalo.

1. Desde mediados del siglo pasado, los funcionarios de los altos cuerpos colegisladores son absolutamente compatibles con todo, y la ley de Incompatibilidades aprobada en la anterior legislatura mantiene la compatibilidad de aquellos funcionarios que la tuviesen por ley. Por consiguiente, hasta la aprobación del presente estatuto del personal de las Cortes Generales, todos sus funcionarios eran compatibles y estaban excluidos de las incompatibilidades. Ninguna información ni ninguna opinión editorial fue suscitada por tal situación.

2. Con ocasión de la puesta en marcha del estatuto del personal de las Cortes Generales, se ha re gulado por primera vez en la histo ria parlamentaria de nuestro país la administración interna de las cámaras y su funcionariado, aun que ese hecho, claramente positivo, pues organiza algo hasta ahora sumido en la arbitrariedad y en la nebulosa, no ha merecido ni información, lo cual me parece obligado, ni comentario editorial, por su puesto impensable, porque habría tenido que ser favorable.

3. En el ámbito de ese estatuto, que es una norma reglamentaria

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