Un 'ballet' de Montsalvatge y un organista granadino
El Ballet Español de Madrid, nacido del grupo independiente de artistas de la danza presentó en su segundo y último programa un ballet sobre música de Xavier Montsalvatge, titulado El minotauro. Aunque el compositor catalán tiene una obra sinfónica sobre este mito, -Laberinto dedicado a Granada-, José Granero ha coreografiado el conocido Concierto para piano y orquesta que Alicia de Larrocha lleva en triunfo por el mundo. Lo ha hecho con fantasía, inteligencia plástica y gran sentido musical.Los bailarines Candy Román, Elvira Andrés, José Antonio, Luisa Aranda y Enrique Frías llevaron a cabo un trabajo excelente por serio y ambicioso, puesto al servicio del coreógrafo dentro de las corrientes contemporáneas más comunicativas que experimentales.
Antes Granero y José Antonio nos dieron su visión de la música de Albeniz y sus múltiples reverberaciones que van desde la presencia en escena de un Albeniz fantaseado al casi expresionismo del Corpus en Sevilla, pasando por el realismo directo de Castilla que bailó magníficamente Nana Lorca. El gran teatro del Generalife volvió a llenarse de público y de aplausos recogidos por todos los intérpretes y por el compositor Montsalvatge.
Uno de los datos positivos de la presente, edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada es, sin duda, la mayor presencia de autores e intérpretes granadinos: Los compositores José García Román y Juan Alfonso García, la pianista Isabel Calvín y el organista Antonio Linares, y el director Ricardo Rodríguez suponen una interesante contribución por no insistir en las canciones de García Lorca que cantó Teresa Berganza o en las obras del granadino honorario Manuel de Falla.
Antonio Linares, nacido en la villa de Jun el año 1935, fue uno de los buenos discípulos de Valentín Ruiz Aznar antes de trabajar en Alemania el órgano con Zimmermann, la composición con Schröder y la dirección con Classens. Desde 1963 reside en Colonia y actualmente es maestro de capilla de la iglesia de San Pius, además de realizar giras de conciertos o grabaciones para la Radio Colonia de grandes oratorios clásicos y románticos.
Utilizando los dos órganos de la catedral (uno del XVIII y moderno el otro aunque el constructor González de Amedúa empleara registros del antiguo órgano barroco), Antonio Linares expuso un programa interesante y variado que llevó a la soberbia catedral de Alonso Cano y Diego de Siloe gran cantidad de público.
Linares es, sobre todo, un expresivista que se delecta, entre mística y físicamente, con las calidades sonoras y el juego de los timbres; al mismo tiempo, la planificación de sus registros obedece a intenciones de gran coherencia que nada o poco confian al capricho momentáneo.
Así cada compositor nos llega a través de una "imagen" muy diferenciada por el color: Bellísimo el mantenido en el villancico de Daquin y el transparente y apoyado en los registros agudos con que caracterizó la Suite de Juan Alfonso García escrita en homenaje a Alonso Cano.
Babelia
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