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La 'cumbre' de La Granja puede permitir un dinamismo mayor en las relaciones hispano-francesas

Razones de interés nacional y en concordancia con el sentimiento y la orientación de los pueblos español y fránces impulsan la normalización de las relaciones hispano-francesas, ejemplarizadas en el seminario ministerial celebrado este fin de semana. Así lo manifestó el ministro de Exteriores, Fernando Morán, cuando un periodista quiso atribuir el reencuentro de ambos países a razones políticas afines a la izquierda que hoy gobierna en Madrid y en París. Las 33 horas cumplidas de conversaciones e intercambios personales van a permitir la introducción de un estímulo dinámico en las relaciones de los vecinos pirenaicos.

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El seminario ministerial se ha desarrollado con la expresión de dos tendencias manifiestas. La de los titulares de Exteriores, Fernando Morán y Claude Cheysson, dispuestos siempre a globalizar las discusiones para buscar un acuerdo y desactivar los contenciosos y la de los responsables de las restantes áreas gubernamentales -Economía, Cultura, Comercio, Relaciones con la CEE y Agricultura- inclinados a puntualizar y propensos, por consiguiente, a deslizarse por zonas de conflicto sino de confrontación.La reunión de este fin de semana ha sido valorada por los participantes como demostrativa de la entrada de España en el engranaje europeo, análogo al que liga al gobierno de París con el de Bonn. Sin embargo, Claude Cheysson eludió en la conferencia de Prensa cualquier compromiso sobre la presencia de Mitterrand en la sesión que tendrá lugar en diciembre en la capital francesa.

A lo largo de dos horas en el salón de tapices del palacio de La Granja, los ministros españoles y franceses aceptaron las preguntas de más de cincuenta periodistas. Sus respuestas dejaron en claro que algunos problemas vitales de España sólo pueden encontrar solución con la suma del factor francés, pero también se hizo patente el interés galo por tener en estos momentos cerca al Gobierno de Madrid para muchas cuestiones y específicamente en el horizonte de las reuniones próximas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, cuya presidencia corresponde ahora a España.

No evitar los problemas

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La conferencia de Prensa permitió repasar el cuestionario de las relaciones hispano-francesas. En las palabras iníciales del ministro español hubo una definición del encuentro presentado bajo el carácter de informal, dedicado al estudio y análisis de los problemas y de las coincidencias, "sin dejarnos dominar por los temas más polémicos pero sin evitarlos", según expresión Fernando Morán. Las invocaciones al compromiso occidental de España, a la cooperación cultural, a las posibilidades conjuntas en el campo industrial y tecnológico, fueron subrayadas muy por encima de los intereses inmediatos que a veces oponen a España y Francia en el campo económico. La adhesión de España a la Comunidad Económica Europa constituyó, sin duda, el centro de las reuniones de los ministros de Exteriores y de las delegaciones que les asistían.

Claude Cheysson consumió un turno para subrayar el carácter excepcional de las relaciones entre ambos países y la intimidad que se va creando positivamente mediante el recurso a estos encuentros ya institucionalizados cada seis meses. Aludió a las dificultades y al largo período de silencio y desconfianza transcurrido entre España y Francia. El ministro galo insistió en la necesidad de que el buen entendimiento entre los gobiernos vaya más allá e impregne a las dos sociedades nacionales. Por eso destacó con énfasis la creación del consejo cultural hispano-francés y otros proyectos diversos.

El jefe de la diplomacia francesa mencionó las diferencias que separan a los dos países en el campo de los intercambios comerciales, donde el saldo resulta desfavorable a Francia. Desde su punto de vista esta situación supone un factor preocupante agravado por las medidas administrativas. En cuanto al sector agrícola buscó en el terreno emocional una excusa para las tensiones. El ministro de Agricultura, Michel Rocard, no tuvo inconveniente más adelante en reiterar las excusas ofrecidas al Gobierno español por los inaceptables atentados al transporte de frutas y legumbres.

El titular del Quai D'Orsay se fijó sobre todo en las semejanzas y complementariedades de ambos países, como base desde la que emprender acciones conjuntas .Más allá de la "rivalidad fraternal". Insistió en la coincidencia de los análisis internacionales efectuados con su colega Fernando Morán en torno a Polonia, el conflicto Este-Oeste etc.

En cuanto a la adhesión de España a la CEE, el ministro galo hizo una apología del comportamiento proespañol del gobierno de París en la cumbre de Stutgart, y denunció "la hipocresía de quienes ofrecen a España su bienvenida a la comunidad mientras se niegan a financiar el presupuesto que la haga posible". Interrogado sobre la vinculación entre el ingreso de España en la CEE y la permanencia en la OTAN el ministro francés respondió que no la veía clara pero que correspondía al gobierno de Madrid explicarse sobre este particular. Fernando Morán fue preguntado sobre la valoración "como error político de Francia" de la supresión hecha en Sttutgart de la fecha de 1984 para la adhesión española. En su respuesta reconoció la desilusión creada en la opinión pública y deseó que ese efecto se anulara con el progreso del procedimiento comunitario acordado.

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