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Desconcierto entre los inversores norteamericanos por la marcha errática de la economía

El desconcierto entre los inversores ha sido la nota característica de los mercados internacionales a lo largo de la pasada semana. Por una parte, la evolución discretamente negativa del dólar en los últimos días, coincidiendo con un incremento moderado de la oferta monetaria en la semana anterior, descolocaba a una buena parte de los seguidores del mercado. Por otra parte, algunos indicios racionales hacían prever que las entidades de depósito norteamericanas estén estudiando la posibilidad de volver a incrementar sus prime rates (tipos preferenciales de descuento). Y mientras tanto, los valores de renta fija manifestaban una sorprendente firmeza, normalmente reñida con las etapas en las que se prevén incrementos en los precios del dinero.La evolución de los mercados de acciones ha sido uno de los pocos puntos en los que la razón parece haber triunfado, según se desprende del informe semanal de Drexell Burnham & Lambert. El índice de estos mercados en Estados Unidos, el Dow Jones observó una trayectoria moderada, cedía 10 puntos a lo largo de la semana, y se consideraba una reacción lógica a la profunda indefinición del mercado. Tras la máxima cota histórica que alcanzaba este indicador en la semana anterior, al situarse a 1.248,30, resultaba lógico que se produjesen algunos recortes, sobre todo si se tiene en cuenta que las condiciones del entorno económico no resultaban excesivamante propicias para la alegrías. La impresión generalizada era que la prudencia se impuso y los inversores habituales en los mercados de renta variable decidieron reservarse para mejor ocasión, aunque no por ello se decidieron a materializar las diferencias positivas acumuladas.

El punto que centró en mayor medida la atención fue la subida de medio punto que generó uno de los bancos norteamericanos más importantes, el Illinois Central, en su broker loan rate (tipo de interés; para los agentes de bolsa y corredores de comercio), al pasarlo del 10% al 10,5%. Esta actitud fue interpretada en algunos medios financieros como una clara señal de que se podría estar fraguando una nueva subida generalizada de tipos de interés.

En este sentido se ponía de manifiesto que, en las últimas subastas de títulos de renta fija a largo plazo, los inversores demandaron unas retribuciones bastante superiores a los tipos que habitualmente venían practicándose. Y este fenómeno se produce cuando el decano de los asesores presidenciales norteamericanos, Feldman, ha señalado que la Reserva Federal no ha iniciado todavía una política más restrictiva en materia de facilidades crediticias.

Por todo ello, la actitud que han venido manifestando los inversores a corto plazo ha estado definida por la cautela.

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