Miles de taxistas bloquean el centro de la ciudad durante dos horas acompañando el féretro del conductor asesinado
Unos 10.000 taxis según los organizadores, 1.500 según el Gobierno Civil, y 5.000 de acuerdo con datos del ayuntamiento colapsaron ayer el tráfico del centro de la ciudad durante dos horas como consecuencia de la manifestación de duelo por la muerte del conductor Juan José Bartolomé, muerto en la medianoche del sábado. La manifestación, que contó con una participación superior a las cifras oficiales ofrecidas, discurrió por las calles de Santa Engracia, José Abascal, Castellana, paseo del Prado, Santa María de la Cabeza y carretera de Toledo, y terminó en el cementerio de Carabanchel, donde el fallecido fue enterrado entre gritos de repulsa por la ausencia del ministro del Interior y del alcalde.
Sin un acuerdo previo pero con el consentimiento de la Policía Municipal, los taxistas fueron ocupando desde media mañana todos los carriles de la calle de Santa Engracia -donde estaba ubicada la capilla ardiente, en la sede de la Agrupación Gremial de Autotaxis- desde su con fluencia con José Abascal hasta la glorieta de Alonso Martínez. Igualmente ocurrió en las calles cercanas. Esta situación se vio agravada a partir de las 12 horas, cuando, como estaba previsto por los dirigentes sindicales del sector, la totalidad de los taxistas dejó de aceptar viajeros con objeto de asistir al entierro.En la sede de la agrupación de taxistas, el ambiente era tenso. Por la capilla ardiente situada en la tercera planta pasaron a lo largo de la mañana José Antonio Segurado, presidente de la Con federación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), Juan Arespacochaga, ex alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano y Enrique Villoria, portavoz y número dos respectivamente del Grupo Popular en el ayuntamiento madrileño; y Luis Guillermo Perinat, portavoz del mismo grupo en el parlamento autónomo.
Entretanto, en la calle se había concentrado un millar de taxis tas frente a la puerta principal. Gritos de muerte al asesino precedieron la salida de la viuda, y un periodista de Radio Nacional fue zarandeado en tanto una rueda de su unidad móvil era pinchada porque, en opinión de un grupo de taxistas, no se estaban retransmitiendo los gritos. La situación se hizo más tensa cuando el féretro fue sacado a hombros. Un fuerte aplauso y gritos aislados contra el gobierno se escucharon mientras el cuerpo del taxista fa llecido era introducido en el vehículo fúnebre y éste salía por la acera a la calle José Abascal.
Colapso en la Castellana
La manifestación de duelo que se formó a continuación superó todas las previsiones calculadas. En la zona de Santa Engracia se concentraron unos míles de vehículos, que al llegar al paseo de la Castellana ocuparon cinco de los seis carriles existentes y se di rigieron hacia la plaza de la Cibeles a marcha lenta y haciendo uso continuo de«sus bocinas.
Los vehículos tardaron dos horas en recorrer el itinerario hasta el cementerio de Caraban chel. La marcha se hizo especial mente lenta cuando la comitiva entró en la carretera de Toledo para dirigirse desde ésta por la de Carabanchel hasta el cementerio, en cuyas proximidades había aparcados unos 300 taxis desde horas antes.
El féretro, a hombros fue llevado por las distintas calles del camposanto hasta el cuartel 125 del cementerio, en donde iba a ser enterrado José Bartolomé. Allí, y entre las protestas de algunos que pedían un respeto por el fallecido, se dieron gritos por la ausencia del alcalde, Enrique Tierno, y del ministro del Interior, José Barrionuevo. "Nos preguntamos donde están. Les quisieramos ver aquí, en el entierro de un compañero y no en sus despacho. Al final, entre nuevos gritos pidiendo la muerte del presunto homicida, un grupo que dijo no pertenecer a ningún sindicato pidió continuar la huelga y acudir a manifestarse al palacio de la Moncloa, convocatorias que no fueron secundadas.
Miguel Herrero de Miñón, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de Diputados, pedirá hoy en la Junta de Portavoces de la Cámara que el ministro del Interior, Jesé Barrionuevo, comparezca ante los parlamentarlos para explicar lo que califica como "una, degradación del orden público y ciudadano". El portavoz de la coalición pone como ejemplo la muerte del taxista José Bartolomé.
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