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Las 'cumbres' no están previstas en el Tratado de Roma

Andrés Ortega

Las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno de la CEE son unas reuniones no previstas en el tratado de Roma, pero que han quedado institucionalizadas desde 1974, a iniciativa francesa. Comúnmente, vienen a llamarse consejos europeos, reunidos tres veces al año. El nombre se lo dio el entonces presidente francés -de hecho es el único "jefe de Estado" presente- Valéry Giscard d'Estaing, al sentenciar en París que "las reuniones europeas en la cumbre están muertas; viva el Consejo Europeo".Su origen se remonta a las cumbres de 1969, 1972 y 1973, dedicadas sobre todo a la cooperación política entre los países miembros. Los consejos europeos son ahora un verdadero movimiento humano con el desplazamiento de las nutridas delegaciones, archivos y secretarías.

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El acta de unión europea que proponen Roma y Bonn califica al Consejo Europeo de "órgano de dirección política". Esta institución ha sido, sin embargo, duramente criticada, como inútil y nociva, por los federalistas, que la consideraban una traba al funcionamiento normal de la CEE y a su integración en un Estado europeo. También ha sido criticada por diversos expertos, que consideran incapaces a, los jefes de Estado y de Gobierno para tomar decisiones reales y concretas, más allá de una expresi6n de "voluntad política", por ello se pide "suprimir o comunitarizar" estas reuniones en las que participa la Comisión Europea.

Fue, sin embargo, el Consejo Europeo el que dio el impulso definitivo para la elección por sufragio universal y directo para el Parlamento Europeo. La regla de la unanimidad en los grandes temas sigue siendo la general. Todo esfuerzo por carabiarla ha fracasado.

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