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La financiación de la CEE domina la 'cumbre' de jefes de Estado y de Gobierno, reunida desde ayer en Stuttgart

Andrés Ortega

ANDRÉS ORTEGA ENVIADO ESPECIAL,Un pulso de forzudos comenzó ayer con la apertura de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la CEE. En Stuttgart domina un tema y una obsesión: la financiación de la CEE. Todos los otros problemas son secundarios, incluida naturalmente la fecha para el término de las negociaciones para la adhesión de España. Si algo significa, sería una consecuencia lógica de un acuerdo interno de la CEE, no una premisa. Ya lo señaló el portavoz del presidente francés François Mitterrand: "Es inútil fijar fechas si no se resuelven antes los problemas". La fecha en todo caso sería sólo una orientación

Si España consigue que la cumbre fije una fecha para la adhesión, será a fuerza de muchas presiones en los últimos tiempos, aprovechando el buen ambiente creado por la declaración, en Bonn, de Felipe González sobre los euromisiles de la OTAN, según manifestó una fuente digna de crédito. No hay que equivocarse. Aunque se mencionó -el primer ministro belga Wilfried Maertens señaló que "tenemos que progresar en la vía de la ampliación decididos a culminar la negociación con España y Portugal de aquí a un año"- el tema de la ampliación no obsesionó a los aquí reunidos. El primer ministro italiano, Amintore Fanfani, ni siquiera mencionó la cuestión de la ampliación en su intervención en este Consejo Europeo que será clausurado mañana. La situación queda bien ilustrada por el orden del debate. Tras una primera declaración del canciller alemán, Helmut Kohl, la primera ministra británica pidió la palabra. Margaret Thatcher parece haber venido a Stuttgart con una sola idea en la cabeza: conseguir un cheque para la devolución de las dos terceras partes de su contribución al presupuesto comunitario.Thatcher pide para este año 162.000 millones de pesetas. Y pide que se decida antes del 31 de julio. Francia, sin embargo, no está dispuesta a dar un cheque en blanco, proponiendo que la cuestión británica se resuelva en el marco general de una reforma de los recursos de la CEE.

"La reforma de la financiación es una condición previa para la ampliación de la, CEE, y esta reforma es, a su vez, una condición previa para cambiar, como piden los países del sur, el acervo comunitario, es decir, el sistema de normativas de ayuda al aceite de oliva, frutas y hortalizas, lo cual, a su vez, es una condición previa para el ingreso de España. En este contexto hay que situar, si finalmente la hay, la declaración sobre la fecha", manifestó una fuente de una importante delegación, según la cual, de España en sí no se va a hablar. Será una consecuencia de lo que ocurra. En suma, hay voluntad política, pero aún falta algo más. Y este algo más es lo que se está debatiendo en Stuttgart. En el tema del acervo mediterráneo, se han realizado progresos, y la condición previa planteada por Francia a España se ha matizado. Francia no espera ya más que se resuelva la definición de la intervención en los mercados mayoristas en caso de crisis grave.

Stuttgart, ya sea por la pelea mayúscula que provoque en el seno de la CEE, o porque, milagrosamente, llegue a un acuerdo tangible, marcará época en la historia de la Comunidad Europea. Más aún si se pronuncia por una fecha -aunque sea orientativa- para la culminación del ingreso de España en la CEE. La posibilidad es real. Sus esfuerzos ha costado a la diplomacia española. Y el efecto psicológico será considerable. Los franceses se lo toman muy en serio, tanto que han pedido incluir en la declaración la necesidad de acelerar las negociaciones y despejar los grandes problemas de aquí a diciembre, bajo la presidencia griega, y París no quiere tener todos los problemas de la adhesión sobre sus brazos.

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