_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Seguridad

Es mucho más inseguro para el ciudadano vivir en un país dotado de los últimos artefactos de seguridad que en uno indefenso. Ese temido ataque por sorpresa del enemigo exterior nunca ocurrirá, entre otras razones poderosas, porque es una verdadera petulancia histórica pretender que ahora mismo tenemos enemigos así, de esa envergadura beligerante. Es muy probable, sin embargo, que ocurra una desgracia nacional por el simple hecho de mantener engrasadas y a punto de acción las terribles máquinas disuasorias. El conflicto suele ser imaginario, pero las maniobras bélicas siempre son reales.El fabuloso aparato de protección organizado por el general Jaruzelsky con ocasión de la visita de Wojtyla no sirve para garantizar la vida del Papa, como se pretende, sino para atemorizar a las muchedumbres y consolidar durante otra temporada el ejercicio de la dictadura en Polonia. Esos piadosos entusiasmos de las masas oprimidas que rezan al paso de Wojtyla se olvidan al instante, después de la última bendición celestial; sólo permanecen en la memoria y en las calles los muy terrenales dispositivos de alta seguridad.

Las estadísticas caseras nos alarman del espectacular aumento de los índices de criminalidad. Pero esas cifras delincuentes únicamente son parte de la verdad. Aseguran, por ejemplo, que aumenta en un 3% el número de coches robados cada año. Lo que se oculta es que anualmente la cifra de vehículos crece más del doble. Lo cual quiere decir que se mantiene la misma relación estadística entre el índice de ladrones de automóviles y el parque automovilístico. No es que antes hubiera menos chorizos, es que ahora hay más ocasiones. Pero si la proporción entre la población ladrona y el número de bienes susceptible de ser robado es prácticamente la misma que hace una década, las medidas de seguridad han experimentado un aumento vertiginoso. No sólo estamos más vigilados que nunca, sino que ya tienen más valor esos complejos cierres metálicos, esas sofisticadas alarmas electrónicas, esos aparatosos blindajes caseros, que las joyas protegidas.

Estas paradojas, de enorme utilidad política, se encierran en una misma ley alarmante: la seguridad disminuye a medida que se expande la maquinaria de seguridad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_