Agua al vino

El I Congreso del Fútbol, ampulosa autotitulación que se ha querido dar a una reunión de amiguetes, se sabía que, en lo fundamental, no serviría para nada, puesto que los acuerdos a tomar no podían ser vinculantes. Lo que se desconocía era el tipo de maniobras que se iban a montar para echar agua al vino. Ayer, en la primera sesión, consiguieron adulterar un tema fundamental: el de la creación de la Liga Profesional.Las gentes del fútbol son visceralmente opuestas a admitir cualquier progreso evidente. Sólo el tiempo y las circunstancias les obligan a tomar acuerdos contra los que han luchado. A estas alturas no queda más remedio que aceptar la separación del mundo profesional del aficionado, pero los congresistas, supongo que bien adoctrinados, lo único que van a proponer a la próxima asamblea, órgano legislativo, es la consagración de la doctrina Porta, es decir, la bendición del Comité de Fútbol Profesional. O lo que es lo mismo, la permanencia de los manejos federativos. 0 si lo prefieren, la siempre superior autoridad del presidente.

Esa separación que han aceptado es tan infantil como la del color blanco del caballo de Santiago. Han aceptado como bueno lo ya existente. Dentro de la misma Federación ya existen compartimentos para el fútbol profesional y el aficionado. Yo pediría a los autores del cantable que salieran a saludar al proscenio.