Por primera vez, una cordada femenina madrileña intenta escalar tres cumbres de los Andes

Mientras la opinión pública casi está aún digiriendo las últimas empresas montañeras que han llevado a cabo varios grupos masculinos, dos mujeres, por vez primera en la historia del alpinismo español, ha ido en cordada a los Andes con la idea de ascender a tres de sus montañas: Pisco, Artesonraju y Huascarán. Almudena García y Azucena López, madrileñas, enfermeras y expertas montañeras, se han planteado esta expedición para dar una muestra de la auténtica valía de las alpinistas españolas y animar a otras a que intenten este tipo de actividades.

Al igual que las expediciones de hombres, tropiezan con el inconveniente de la falta de ayuda económica. Almudena García-Mejías y Azucena López Almorox se conocieron hace nueve años, cuando entraron a trabajar en la Cruz Roja. Almudena, que tiene en la actualidad 10 años de experiencia montañera, fue la que aficionó a su amiga a este deporte hace unos cuatro años. Desde entonces las dos han completado un extenso historial de escaladas y ascensiones a montañas de distintos macizos. Como ejemplo cabe citar que Almudena formó parte de las expediciones a las islas Spitzberg, en 1980, y a los Andes de Perú, en 1982, y que Azucena estuvo también en las Spitzberg.

Demostrar su valía

Estas dos montañeras, al tratar de explicar los motivos de su expedición, dicen: "Nos sentimos motivadas a esta experiencia por una gran afición al montañismo y porque nos duele la falta de participación femenina en la mayoría de las expediciones. Nos gustaría demostrar que con una buena preparación física, con técnica suficientemente practicada y con mucha voluntad podemos conseguir cotas similares a las alcanzadas por el colectivo masculino. Nuestro deseo es elevar el nivel alpinístico de la mujer española y aumentar su participación".También, en un plano más personal, quieren medirse ellas solas en este tipo de empresas; no quieren ir de segundas con los hombres, que siempre van de protectores. En este sentido, hay que destacar que los hombres de la montaña las apoyan. y comprenden, lo cual no ocurre con sus compañeras de trabajo, que opinan que este proyecto es una locura. Por otro lado, quieren dejar bien claro que van a disfrutar haciendo montañismo y que por eso temen las críticas envidiosas en caso de que no consigan alguna cumbre: "Casi preferiríamos ir sin que nadie lo supiera".

Al igual que cualquier otra expedición, el principal problema con el que se encuentran es el económico. En principio, parecen resignadas a tener que poner ellas las casi 400.000 pesetas que costará su aventura.

El plan de viaje se especifica así: vuelo en avión hasta Lima. Allí efectuarán algunas compras y realizarán el camino del inca, que supera collados de más de 4.000 metros, como aclimata0e previa. El equipaje es bastante voluminoso, a pesar de que un amigo que estuvo por allí en diciembre les dejó algo de material de escalada e incluso una olla de presión. Por esta causa contratarán arrieros en Huaraz para transportarlo hasta Caraz y después, como al Pisco no van por la vía normal, sino por la quebrada Parón, deberán cruzar la laguna Parón con una barca que esperan les sea prestada por la compañía Electro Perú.

Nada más atravesar la laguna, montarán cerca de la playa el campamento base que les servirá para realizar el ataque al Pisco y al Artesonraju. En este último montarán dos campamentos de altura, uno a 4. 800 metros, antes de comenzar el glaciar, y otro a 5.300 metros, antes de la rimaya. Creen que estas dos ascensiones les llevarán 20 o 30 días.

Una vez conseguidos sus objetivos iniciales, recogerán todo y se dirigirán a Yungay, donde descansarán unos días. Luego iniciarán la ruta hacia el Huascarán, contratando de nuevo arrieros desde el pueblo de Musho hasta di lugar donde instalarán el campamento base, a unos 4.500 metros de altura. Después tendrán que montar dos campamentos de altura: el primero, a 5.100 metros, y el segundo, en la Quebrada, collado que separa el Huascarán norte del sur. Desde este lugar realizarán el ataque a la cumbre. La escalada a este pico durará entre seis y 10 días.