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La Confederación Hidrográfica del Duero saca a subasta un pueblo salmantino

Salvatierra de Tormes es una localidad situada a orillas del río Tormes que se vio sometida a un abandono casi general cuando el pantano de Santa Teresa inundó, en los años cincuenta, 1.254 hectáreas de tierra de cultivo. Las aguas se llevaron del pueblo, además de las tierras y las carreteras que lo cruzaban, el puente y provocaron la emigración de la mayoría de su gente. Cerraron también las posibilidades de conseguir redes de saneamiento, agua corriente, escuelas, cura y médico para el futuro."Por las tierras habían dado poco a algunos vecinos. Les pagaron menos por las tierras que lo que, habían sacado de ellas ese año en remolacha, porque las habían valorado mucho tiempo antes y no se dieron cuenta que el dinero ya no era el mismo", explica Pedro Hernández, alcalde de Salvatierra. "Unos años más tarde, en 1961, la Confederación Hidrográfica se dio cuenta del daño que había sufrido el pueblo y ofreció a los vecinos la posibilidad de expropiarles sus casas para que pudieran obtener dinero si querían marcharse a otro lugar, y aceptaron todos, excepto un matrimonio que no estaba dispuesto a abandonar el pueblo. Los terrenos que quedaron, 800 hectáreas junto al pueblo y otras 1.000 más en el lado opuesto del pantano, sirvieron, con las casas para que 108 personas puedan vivir hoy todavía en la localidad. A las cantidades, entre 50.000 y 150.000 pesetas, que los vecinos recibieron por sus viviendas se añadió el permiso de la Confederación Hidrográfica para continuar utilizándolas a cambio de una renta anual".

Según el alcalde, "sólo pasaron los recibos el primer año. Se abonaron entonces, pero luego no volvieron a enviarlos y la gente fue dejando de pagar", continúa Pedro Hernández. "En varios años nadie volvió a recordar a los vecinos de Salvatierra que las casas que ocupaban, los corrales y los pajares no les pertenecían. Algunos vecinos abandonaron sus viviendas y ocuparon otras de la Confederación. Ahora, las suyas están derruidas y unos señores quieren quedarse con las que han cuidado para pasar el fin de semana en ellas", opina el alcalde.

Proyecto de rehabilitación

Por esta razón, éste se puso al frente de los vecinos y solicitó la intervención de la Diputación Provincial, que ha encargado un proyecto, también financiado por el Consejo General de Castilla y León y el MOPU, para la conservación y rehabilitación del núcleo, con un coste de tres millones de pesetas. Salvatierra, ignorada por la Administración durante casi 30 años, subsiste, no obstante, como municipio de la provincia, y sus vecinos, ocupantes de casas que no les pertenecen, no han necesitado requisitos como otros ciudadanos para conseguir luz y teléfono.Salvatierra de Tormes conserva aún, entre sus restos histórico-artísticos de pizarra, casas señoriales, escudos y blasones, una antigua iglesia de torre morisca, restos de su muralla y castillo, calles empedradas de rollo, un arco de su sinagoga y algún dolmen.

La que fue villa cabeza de mancomunidad en el siglo VXIII conserva aún la alhóndiga en que se expendía el grano y se recibían los tributos, y su rehabilitación se convirtió hace 18 años en el imposible sueño de algunos promotores de los Amigos de Salamanca y después de Adelpha. Más tarde, hace tres años, una veintena de personas decidieron iniciar conversaciones con el organismo propietario de la mayoría de las viviendas y solares del pueblo, la Confederación Hidrográfica del Duero.

"Se trataba de convencer a la Confederación Hidrográfica de que ese patrimonio, que es del Estado y que pertenece a todos por su valor histórico-artístico, podría recuperarse", explica uno de los promotores de la idea, Jesús Rodríguez. "No se trataba de ir en contra del pueblo, como explicamos; sino que era imprescindible que los vecinos se integraran, formaran parte del proyecto", continúa. "Así pretendíamos convertir a Salvatierra en un centro cultural donde se fomentase la rehabilitación, con el atractivo que puede suponer contar con el pantano y su magnífica situación".

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"La Confederación Hidrográfica, por otra parte, vio en este intento la posibilidad de mantener e incluso restaurar propiedades procedentes de otras expropiaciones hoy abandonadas o en ruina que existen en toda la Cuenca del Duero, como en el resto de España. Podríamos lograr con la revitalización de Salvatierra un sistema, un proyecto piloto", añade Jesús Rodríguez. Así se llegó a la subasta en bloque de 58 viviendas, 36 pajares, 31 paneras y 75 solares.

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