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ANDALUCÍA

21 familias de emigrantes, retornados explotan en cooperativa 252 hectáreas

Veintiuna familias de emigrantes andaluces en Holanda emprendieron hace más de dos años un retorno a su tierra que, contra lo habitual, no estaba marcado por la angustia o la incertidumbre. Con generosas ayudas de los gobiernos español y holandés, formaron una cooperativa y explotan colectivamente una finca de 252 hectáreas, situada en el término municipal de Arcos de la Frontera (Cádiz). A la cooperativa le pusieron de nombre La pequeña Holanda y en ella acaban de recibir ahora la visita de los agregados laborales de las embajadas de Holanda, Francia y Alemania en Madrid.

El agregado holandés venía, en cierta medida, a comprobar el buen uso de los florines invertidos por su Gobierno en el proyecto, mientras que sus colegas alemán y francés fueron invitados por la Administración española, en un intento loable de hacerles partícipes de iniciativas parecidas en el futuro para españoles retornados de países europeos.Otras tres cooperativas de emigrantes recién regresados serán puestas pronto en marcha en Andalucía, aunque en la Consejería de Agricultura del Gobierno autónomo, hay conciencia clara de que estas operaciones de retorno planificado no pueden ser la solución definitiva del problema de nuestros emigrantes en Europa.

Es de tener en cuenta que La pequeña Holanda ha sido posible porque el Gobierno de La Haya ha subvencionado el proyecto con 110 millones de pesetas a fondo perdido, incluyendo los subsidios de desempleo durante dos años en los trabajadores ahora transformados en cooperativistas.

Por su parte, el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA) aporta 270 millones de pesetas en forma de préstamos, en condiciones muy favorables, con los que se ha comprado la finca y se paga la construcción de las viviendas y del centro social.

Asesoramiento

Además, una comisión, mixta dé especialistas de los dos países asesora de manera permanente a los nuevos agricultores en materia de investigación aplicada y tecnología.Gracias a tan generosos socorros, las veintiuna familias de emigrantes retornados, ochenta personas, han podido volver a casa, tras una estancia media de cuatro años en tierra holandesa, y enfrentarse al reto de ser dueños de sus destinos y empresarios de sí mismos.

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Antes tuvieron que pagar la novatada y fracasar en una primera etapa, cuando quisieron sacarle jugo a unas tierras demasiado arenosas en Almonte, al pie de la Vírgen del Rocio. Pero esta es una historia pasada, y hoy por hoy, cultivan con buen rendimiento trigo, algodón, remolocha, patata, y otros productos agrícolas, y proyectan poner en marcha una explotación ganadera que llegaría hasta pasteurizar y envasar la leche.

Aun consciente de las limitaciones de iniciativas de este tipo, Gonzalo Crespo, director general de Emigración de la Junta de Andalucía, valora el significado de La pequeña Holanda: "Intentamos conseguir que la vuelta de nuestros emigrantes, en lugar de convertirse en un problema para Andalucía, suponga la creación de nueva riqueza, ya que estos hombres y mujeres retoman prácticamente trayendo su pan bajo el brazo".

Crespo, qué recuerda la tradición cooperativista del socialismo español, observa también un componente sociocultural ¡mportante en el hecho de que "los andaluces podemos demostrar así que somos capaces de trabajar en equipo, en contra de lo que se dice", y afirma que actualmente su departamento está orientando a varios colectivos de emigrantes en otros tantos países europeos para llevar a cabo proyectos similares.

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