_
_
_
_
Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La fortaleza y la blandura de la orquesta de Dorati

Con igual éxito que el primer día, la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam tocó en el Real dos programas, basados en las sinfonías Quinta y Patética, de Chaikovski, y en las Imágenes y el Concerto, de Bartok.El maestro Antal Dorati (Budapest, 1906) superó en la Patética las versiones ofrecidas anteriormente de la Cuarta y la Quinta sinfonías, contando con la excepcional calidad del conjunto holandés. Sin ningún tipo de exageración hay que contar a la del Concertgebouw entre las tres o cuatro primeras orquestas de Europa, no sólo porque posea una calidad equiparable a las célebres filarmónicas (Berlín, Viena), sino por cuanto luce unas características verdaderamente singulares. Ya el sonido es identificativo por la firmeza, profundidad y moldeabilidad.

Festival de Primavera Ibermúsica

Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam. Director: Antal Dorati. Obras de Schubert, Bartok, Chaikovski y Beethoven. Teatro Real, 24 y 25 de mayo.

Como la piedra de Salamanca, nos produce la impresión paradójica de fortaleza y blandura y, al mismo tiempo, una coloración especial mantenida en todo momento, presidida por el trabajo de las cuerdas, a las que se acoplan muy dúctilmente los vientos de madera y metal y hasta las percusiones. Ha de achacarse al director ciertos desequilibrios dinámicos entre los metales y el resto, quizá por no haber asimilado las características acústicas del Real y también por ciertas demandas temperamentales y de gran efecto que a veces nos sorprenden en medio de la predominante línea lecturista.

En cualquier caso ha de anotarse la Patética como lo más expresivo y mejor expuesto por Dorati, o lo que viene a ser lo mismo: como el momento en que el director estuvo mas cerca del nivel de la orquesta.

Puede ser discutible -y no pocos lo discutían en sus conversaciones del intermedio- la visión que del Concerto para orquesta, de Bartok, tiene su compatriota Dorati. A mí, personalmente, me pareció bastante certera, por cuanto aclaró con precisión (incluso explicó con demasía) los múltiples y varios rincones de esa suerte de memoria sonora, tan cargada de humanismo y signada por unas ráfagas optimistas poco usuales en los tristes años finales del compositor de El castillo de Barba Azul. (Desde abril de 1942, Bartok sufre de leucemia y, con el fin de sacarle de su enorme depresión, Kuossevitzki le solicita la composición del concierto por intervención amistosa del violinista Szigeti.)

No sé si será, como afirmó en su momento Koussevitzki, la "mejor pieza orquestal de un cuarto de siglo"; pero, en todo caso, el Concerto es una prueba brillante, resumida, autobiográfica del genio de Bartok. Desde ciertos pasajes de coloración impresionista (influencia a la que responden las Imágenes escuchadas en el segundo concierto de los holandeses) hasta un expresionismo "severo y lúgubre", como dice el autor, pasando por un nacionalismo no por esencial menos vitalista y un sentido de la virtuosidad instrumental, tímbrica y rítmica fascinantes, el Concierto explica mejor que muchos ensayos la obra entera del músico húngaro: su qué, su cómo y su por qué.

Aclamaciones sin tasa y bises estruendosamente solicitados y aplaudidos: Brahms, Dvorak, Schubert, Berlioz. Tres días de gran música, gracias a una formidable orquesta que, por su categoría, demanda batutas absolutamente excepcionales. Dorati ha sido, en todo caso, un conductor eficaz, porque es un maestro en el sentido más amplio del término.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_