Europa debe dar una fecha para el ingreso de España en la CEE, afirma Leo Tindemans

La visita oficial que ha rendido a Madrid el ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, Leo Tindemans, ha puesto de manifiesto la cordialidad de las relaciones entre los dos países y la destacada contribución que Bruselas presta a la ardua tarea de la incorporación española a la Comunidad Europea. Tindemans fue recibido por el Rey y por el presidente del Gobierno y celebró varias sesiones de trabajo con su colega el titular del palacio de Santa Cruz, Fernando Morán. A su llegada el miércoles aceptó conversar con EL PAIS.

Tindemans se mostró partidario de que el Consejo Europeo de Sttutgart -cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, convocada para el 17 de junio- fije la fecha y condiciones para la adhesión de España a la CEE porque estima que no puede prorrogarse la actual situación de incertidumbre. En cuanto a la OTAN insistió en que no guarda relación instituciónal con la CEE pero señaló que intelectualmente el tipo de sociedad que propugna la CEE y la necesidad de cooperar a la defensa de esos valores no pueden considerarse aisladamente.Fernando Morán ha destacado la personalidad de su colega belga como una de las mas sobresalientes entre las integradas en la generación de quienes tomaron el relevo de los fundadores de Europa. A los 61 años Leo Tindemans acumula una importantísima experiencia universitaria, periodística y política, en el área local, parlamentaria, de partido, gubernamental -incluída la presidencia del Consejo de Ministros de 1974. a 1977- y europea. El encuentro de Madrid ha permitido comprobar el apoyo y la comprensión y el profundo significado que Bélgica concede a la integración de España en una CEE que se quiere económicamente próspera y políticamente integrada. El índice temático de las conversaciones de ambos ministros incluyó un intercambio de puntos de vista sobre las grandes cuestiones internacionales, las relaciones intracomunitarias, las repercusiones que sobre la adhesión de España pueden tener los problemas internos de la CEE, el Oriente Medio, Latinoamérica y muy especialmente la situación en América Central.

El capítulo de las relaciones bilaterales no presenta problemas aunque se habla en Madrid de que las medidas de cooperación hispano-francesa en materia de terrorismo podría empujar a un sector de la militancia etarra hacia Bruselas donde se ha señalado la importancia adquIrida por el tráfico de armas para esos fines. El ministro Tindemans insistió en que Bélgica ha sido siempre un país muy abierto y liberal. "Nuestros vecinos", añadió, "se asombran a veces de la falta de medidas de protecciáp y ello se debe a que el clima a ese respecto es bueno y no existe el temor del terrorismo del qqe mi país no ha sufrido como otros. Si ese desplazamiento se produjera sería preciso tomar medidas para combatir el terrorismo. En el plano europeo se han hecho varios intentos de emprender una lucha común contra el terrorismo. Los textos que actualmente se negocian en Madrid en la CSCE hay varios párrafos consagrados a esa lucha común que está dispuesta a suscribir la Unión Soviética y los países del Este. Cuando regrese a Bruselas hablaré con mi colega el ministro de Justicia a este respecto".

De la militancia europeísta entusiasta de los demócratas que luchaban por las libertades bajo el franquismo se ha pasado a una cierta frustración al constatar que pese al nuevo régimen de la monarquía parlamentaria los obstáculos para la adhesión permanecen. "Cuando eramos seis los miembros de la CEE", dice Tindemans, "se nos acusaba de ser un club de ricos. Entonces protestabamos y asegurabamos que cualquier país europeo democrático que lo solicitara podría ser admitido. En consecuencia ningún país miembro tiene derecho a oponerse a la integración de la España democrática. Desde el tratado de Roma se han producido desarrollos y es necesario un cierto periodo de transición para que el país, que solicita adherirse pueda adaptarse. Ese periodo no debe ser pasivo. Hay que aceptar, sin embargo, que no todos los Estados miembros de la CEE tienen el mismo entusiasmo por incorporar un nuevo miembro a la Comunidad. Algunos temen que la ampliación suscite nuevos problemas. Pero la ampliación se ha convertido en una condición básica para el relanzamiento de la CEE".