España y Guinea, la hora de la verdad
Hay cacao en Guinea y no precisamente vegetal. Hay cacao político y un golpe militar frustrado. Los coletazos del golpe afectan decisivamente a las relaciones entre Madrid y Malabo, ciudad a la que llegó a las tres y media de la tarde de ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, para negociar con las autoridades de Guinea el destino de un sargento rebelde refugiado en nuestra Embajada. Esta madrugada, cuando este diario esté a punto de salir a la calle, habrá regresado a Madrid el señor Morán. ¿Con las manos vacías o con el sargento rebelde colgado a su brazo? Es posible y hasta probable que el sargento rebelde haya quedado allí para afrontar un juicio al que el Gobierno español le exige suficientes garantías procesales.Lo importante, sin embargo, del viaje a Malabo del señor Morán no es el destino del sargento guineano, cuya condición miliar le despoja de ciertos atributos políticos, sino el futuro inmediato de las relaciones bilaterales. En una palabra: Morán va a preguntar allí si Guinea piensa integrarse en la UDEAC o no. En Madrid se piensa que la UDEAC, dadas las circunstancias, es la solución más favorable para que la ambigüedad guineana desaparezca. Aunque con ello desapareza o se debilite la influencia española en ese antiguo territorio colonial.
La carga de Guinea sobre el presupuesto del Estado español es soportable, pero pesada. Ese pero, por otra parte, no se traduce en una rentabilidad política clara, sino al contrario, en una sospecha de complicidad española en la malversación guineana de la ayuda. A lo cual intenta poner remedio el Gobierno socialista mediante un despliegue de condiciones de pulcritud y transparencia. Es obvio decir que esa postura despierta entre las autoridades guineanas recelos y evasivas.
Pero en este viaje de Morán a Malabo deberá definirse el señor Obiang, presidente de la joven República, a quien un mantenimiento de la ayuda española podría liberarle de la necesidad de entrar, como pariente pobre, en la UDEAC. Estas siglas agrupan a países africanos muy asentados, como Camerún, Gabón o Costa de Marfil, claramente francófonos, y entre los cuales Guinea habría de asumir reglas de comportamiento más exigentes y, en el plano económico, más éticas. De ahí la importancia de esta visita del señor Morán, quien traerá, posiblemente por vez primera en las relaciones hispano-guineañas una respuesta clara de las autoridades de Malabo.
, 25 de mayo
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