El SOMA-UGT no secunda el paro de la minería
El SOMA-UGT ha rechazado sumarse a la huelga general convocada por CC OO en el sector de la minería los próximos días 27 y 28, al considerar que "una vez más se pretende instrumentalizar a los mineros en contra de sus intereses con fines políticos y partidistas orientados al hostigamiento y desgaste del poder y de la UGT", según un comunicado hecho público ayer.En opinión de este sindicato, la huelga es desmedida y está fuera de lugar. "El SOMA-UGT considera que no se agotaron los plazos, y menos aún la vía de negociación, ya que para dentro de unos días están convocados los sindicatos a una reunión en el Ministerio de Trabajo".
En el mencionado comunicado se pone de manifiesto que "quienes fueron incapaces de reaccionar cuando el entonces ministro de la Presidencia, Matías Rodríguez Inciarte, rechazaba la tramitación del Estatuto del Minero por considerarlo un privilegio, ahora se presentan en plan de Capitán Trueno en defensa del mismo, encubriendo su verdadera intención, que no es otra que una política de hostigamiento al PSOE y de presión en favor de otra fuerza para conseguir parcelas de poder".
Por otro lado, ayer continuaba en el pozo San Luis, de Hunosa, el encierro de los 11 dirigentes de la Ejecutiva estatal de CC OO de la minería, entre los que se encuentra su secretario general, Manuel Nevado. Los encerrados tienen la intención de mantener esta postura hasta el inicio de la huelga general.
Paralelamente, más de 700 trabajadores de los pozos Paulina y María, pertenecientes a la empresa Minero- Siderúrgica de Ponferrada, iniciaron ayer una huelga de cuatro días, siguiendo el llamamiento de CC OO, informa Antonio Núñez desde León. A mediodía del ayer se estaban celebrando asambleas en la mayor parte de las minas de El Bierzo, para atraerlas a la huelga de los días 27 y 211.
La convocatoria está provocando enfrentamientos con la patronal, que la califica como una "guerra entre centrales". Los dirigentes de CC OO destacan que el PSOE sólo ha accedido a negociar el estatuto cuando la huelga era ya una amenaza real.
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