Primer rechazo del Congreso de EE UU a los presupuestos elaborados por Ronald Reagan
Por primera vez desde la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca, el Congreso de Estados Unidos se ha rebelado abiertamente contra la política presupuestaria del presidente y ha votado contra los designios presidenciales. El Senado, cámara en la que los republicanos disponen de mayoría, adoptó el jueves un proyecto de presupuesto para 1984 que reduce los gastos militares e incrementa los impuestos, en contra de lo estipulado por la Casa Blanca. La Cámara de Representantes, con mayoría demócrata, ya votó en marzo un presupuesto aún más inaceptable para Reagan.
La votación del Senado, que arrojó un resultado de 50 votos contra 49, pone término a tres semanas de ásperos debates en los que, a pesar de algunas concesiones de Reagan, el líder de la mayoría republicana, Howard Baker, se mostró por primera vez incapaz de mantener la cohesión en sus filas. Tras ver cómo sus propuestas eran rechazadas en dos ocasiones, Baker asistió impotente a la aprobación de un proyecto elaborado por los republicanos moderados, que se horrorizan ante la prespectiva de un déficit récord.El proyecto del Senado contempla un déficit para el año 1984 de 178.000 millones de dólares, frente a los 189.000 previstos por el Gobierno y a los 174.000 aprobados por la Cámara de Representantes.
Ahora deberá constituirse un comisión conjunta de las dos cámaras para elaborar una resolución común que fije los renglones de ingresos y gastos globales. Tomando como base esta resolución, las comisiones parlamentarias competentes elaborarán las leyes financieras de los 13 principales departamentos ministeriales.
Las diferencias entre los dos proyectos son tan sustanciales, en especial en lo referido al incremento de la fiscalidad y al presupuesto del Pentágono, que algunos altos funcionarios ya han manifestado su desconfianza de que pueda llegarse a un acuerdo.
Caspar Weinberger, secretario de Defensa, confía en que Reagan, jugando con las divisiones de sus adversarios y utilizando su poder de veto, pueda obtener un aumento presupuestario militar más próximo al 10% que pedía a primeros de año que al 4% concedido por la Cámara o al 6% aceptado por el Senado.
El presidente Reagan y algunos de sus consejeros han manifestado que no contar con una resolución presupuestaria es mejor que tener que pechar con una inaceptable. Los representantes demócratas también recibieron críticas presidenciales cuando se opusieron a los planes de Reagan, lo que llevó al líder de la mayoría demócrata en la Cámara a advertir al presidente que debería retirar sus opiniones ofensivas si deseaba tener el apoyo de los dos partidos en su política internacional.
Los responsables económicos de la Casa Blanca, sin embargo, están inquietos ante la perspectiva de un posible bloqueo del procedimiento de discusión presupuestaria. El director del presupuesto, David Stockman, ha advertido a Reagan que, sin compromiso entre el ejecutivo y el Congreso, Estados Unidos estaría condenado a déficit presupuestarios récord "por los siglos de los siglos".
Reagan ha manifestado reiteradamente que opondrá su veto a toda ley financiera que cuestione la reducción impositiva que estableció al inicio de su mandato.
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