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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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El paro

Dos millones y pico de parados, el pico anda a su aire, por ahí, son los marginales de la marginación, los parásitos del parásito, porque el paro calculado estaba en dos millones, y el pico es como esos primates de que habla Edgar Morin, solos y en pandilla, que passan de los ritos y ritmos do la tribu.Venían las encuestas por el cielo, como hidroaviones, en El Luarqués estábamos a tope, no se cabía de gente, las lentejas liberales del Luarqués, frente a otras lentejas teledirigidas; los medios de comunicación empezaban, efectivamente, a comunicarse: entre el paro y la guerra vivía el hombre industrial y demócrata. Dos situaciones límite: estar parado o estar muerto. El cheli usa una misma palabra, un mismo palabro para ambos: estar tieso. España, Francia, la República Federal Alemana, el Reino Unido, Noruega, Holanda, Italia, Estados Unidos, Japón y Vicálvaro temen al paro más que a la muerte. Felipe, Mitterrand, la Thatcher, reyes y reinas de Noruega y Holanda, Pertini Reagan y el alcalde de Vicálvaro saben que el paro es la muerte laboral, civil, del ciudadano, del proletariat, el genocidió del dinero. 252.000 millones de pesetas ha firmado Narcís Serra para modernizar las Fuerzas Armadas, sacándose el bolígrafo del bolsillo de dentro, como si fuera el alcalde de Reus, y Enrique Tierno se monta una aureola pirotécnica en el Retiro, como las naumaquias ilustradas de los siglos áureos. Todo muy silkcut. Un paro bajo el alquitrán, bajo en nicotina, bajo en proteínas. Hernández Huidrobo lleva Pupitre loco en Radiocadena, que todos los pupitres andan locos con el paro escolar -faltan puestos escolares-, y los frailes y monjas defendiendo, a través de sus Tirant lo Blanc de pluma y daga, la "enseñanza privada", que es la menos privada de las enseñanzas.

Las alcaldías tienen algo que hacer -mucho- en la cosa del paro, y otra vez las dos Españas en pie, como en casa de Pilar Trenas, la España de Milans del Bosch y la España de Gutiérrez Mellado, que ha salido por la televisión con su dandismo militar, involuntario. El miedo de García Márquez, cuando le pedimos escribir sobre Albertina el primer amor de Neruda, es que se le enfade Matilde Urrutia, el último amor de Neruda. Nunca se entenderá que la vida de un hombre, de una mujer, es un eslabón de amores, un eslabonamiento de quereres, sólo que a los parados no los quiere nadie. Al rey don Jun Carlos I le hacen retrato todos los retratistas de España, y hasta quienes no lo son; María Remedios es la alcaldesa más joven de España, con veintitrés años, en la provincia de Málaga, mientras Rocío Jurado cobra casi kilo y medio por actuación (no la he visto jamás ni me interesa, y que no me diga Ullán que es como doña Concha, no hay color). Un mundo frío, seco y aparte, casi como La Ina, es el mundo empresarial, el mundo nacional que se gasta el dinero en lo que digo y no remedia el paro, por su propio bien, ya que no por el parado. Lucien Engelmajer recupera drogadictos en Logroño, pero nadie recupera parados en España. ¿Qué hace Cáritas por el parado? Hará por el chinito, el negro, el vietnamita, mas no por el parado español, tan inmediato. La gente le pega a los nuevos vídeos, y nadie ayuda al Gobierno a remediar el paro, sino que evaden capitales o invierten en protoporcelana china, que es una cosa que se inventaron los chinos por encima de la porcelana. Poetas en la plaza Mayor, de Alberti a Rosalía; poetas en la plaza de Colón, homenaje a Luis Rosales con palabras de Maruja (Maruha, pronuncia él; a mejorarse, Maruha). Venían los poetas contra el ventalle. Que un soneto le mande hacer Violante a cada parado, por tenerlos distraídos, no sea que hagan algo peor.

Volvían Boggies e Ingrids, que la telesocialista echaba Casablanca (de donde me traen el whisky venenoso), y TeleIRadio quería saber de mí y de la pelí. Bogart es el paro encubierto con gabardina de gangster. El paro es el dinero canceroso de cualquier sociedad organizada.

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