Julio Anguita el alcalde comunista que resistió al PSOE
Ha salido indemne de la destruc ción de su partido, y también ha ofrecido ante su ciudad, Córdoba, la imagen de un alcalde eficaz, trabajador, que los electores han comparado, quizá inconscientemente, con los de la época anterior. Julio Anguita es, otra vez, el único alcalde comunista de capital de provincia en todo el Estado. En Córdoba, su plaza, el PSOE ha volcado lo mejor de sus fuerzas, Tierno, Escuredo, Guerra, y ha fracasado. Anguita, Julio Anguita, ha vuelto a salir alcalde, respalda do de forma masiva por su ciudad. Son diecisiete concejales, por cu tro del PSOE, que se queda como tercera fuerza, y seis de AP.Dicen que el hijo del sargento Anguita se ha hecho comunista, se comentaba en la Taberna de los Gallegos de Córdoba en el año 1975. El barrio que une las plazas de puerta Nueva y la Magdalena vio llegar en el año 1947 a la familia del modesto suboficial Anguita, uno de cuyos hijos varones, el futuro alcalde de la ciudad, pronto sería conocido en el barrio por su afición a los libros. Una carrera modesta, magisterio, pareció colmar las aspiraciones de la familia, pero no las del futuro alcalde, que en 1967 se licencia en Historia Moderna y Contemporánea en la facultad de Filosofía y Letras de Sevilla. Su tesina en torno a la desamortización de Mendizábal en la ciudad de Córdoba le aproxima al estudio económico como factor de la sociedad. La conclusión de su estudio no sería optimista y se constituiría en su primera aproximación política desde niveles científicos. Fue después maestro rural en el cortijo El Alcaide, nombre quizá premonitorio de su futuro, entre un colectivo de parcelistas en un antiguo latifundio a seis kilómetros escasos de la capital.
En 1973 se inicia en la política, participando en las luchas sindicales, entonces llamadas conflictos laborales de tipo gremial. En 1975 ingresa en el PCE y, aparte de alarmar a sus convecinos, comienza con una serie de artículos titulados El Desmontaje a realizar el análisis político de las estructuras franquistas. La tesis que en ellos mantiene es que la democracia sólo puede llegar a nuestro país desmontando el soporte ideológico de la Administración. En suma, se trataba de un proyecto de ruptura democrática. En 1977 es propuesto como candidato al Congreso por el PCE. En aquel momento, el PSOE y UCD le cerraron el paso a su primera aspiración política, pero en 1979 el triunfo de su partido en las elecciones municipales de Córdoba proyecta su nombre como único alcalde comunista de capital de provincia de todo el Estado.
Siempre ha dado la impresión de que todos sus años de estudio no habían sido sino una larga travesía hacia la praxis política. Controlando de una manera disciplinada sus emociones, Julio Anguita ha hecho siempre en sus expresiones públicas apelación a su cultura, cuyo origen marxista proclama reiteradamente, confesándose convicto de Grainsci más que del propio Carlos Marx.
Ha cuidadado de manera especial sus discursos y textos, recogidos por un punto de narcisismo y de oportunismo político en un libro que ha sido best seller en la feria cordobesa del libro, celebrada, no casualmente, los días previos a estas elecciones. Él y su partido han sabido aprovechar todas las oportunidad que el hecho de ser el único alcalde comunista de capital les han puesto delante y el resultado está ahí.
Atrás quedan cuatro años de gestión, que incluyen una seria polémica a cuenta de su deseo de recuperar paxa el culto islámico la mezquita de Abu Outman, convertida tiempo mucho antes en monasterio de Santa Clara. Atrás quedan también unas cuantas obras hechas, otras sin hacer y alguna polémica más, como su discutida discusión de contratar, sin pasar tal medida por el pleno, pólizas de crédito para la adquisición de un edificio destinado a asilo de ancianos, lo que dio lugar a la ruptura del pacto de la izquierda. Y también atrás, ya más recientemente, queda el esfuerzo del PSOE por arrebatarle el terreno en su ciudad, esfuerzo clarnorosamente fracasado.
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