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Reportaje:ELECCIONES DEL 8 DE MAYOCuatro años de ayuntamientos democráticos / 20

Los ayuntamientos democráticos han planeado las ciudades del mañana mediante una rigurosa disciplina urbanística

Los pactos municipales de 1979 entre el PSOE y el PCE, a los que posteriormente se sumó el PSA, y que pusieron en manos de la izquierda 1.800 municipios con cerca del 70% de la población española, han permitido que la mayoría de los ciudadanos experimenten una gestión urbanística de nueva impronta, ejecutada generalmente por un edil comunista. En estos cuatro años se ha registrado una ingente labor de planeamiento urbanístico, unas inversiones de emergencia en equipamiento, poniendo coto a la especulación y a la falta de cumplimiento de las normas urbanísticas. También han conseguido despertar una mayor sensibilidad ciudadana respecto al urbanismo, todavía no incorporado al bagaje cultural del español medio

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Los aspectos más específicamente impulsados por los ayuntamientos de izquierda han sido la defensa de los cascos históricos de las ciudades, la concurrencia de los propios ayuntamientos como agentes inmobiliarios y la implantación de una rigurosa disciplina urbanística, según el responsable de Urbanismo del PSOE, Manuel Ayllón, amén de la redacción o revisión de los planes de ordenamiento urbanístico que, en mayor o menor medida, han acometido todas las corporaciones democráticas, tanto por imperativo legal como por compromisos electorales, en el caso de -la izquierda.Tan sólo en los ayuntamientos con más, de 10.000 habitantes gobernados por el PSOE, según datos de dicho partido, durante estos cuatro años se han aprobado el 66,6% de las delimitaciones del suelo urbano, el 21% de los Planes Generales Municipales de Ordenación Urbana, se han revisado el 43% de los aprobados hasta 1978 y el 67% de las normas subsidiarias urbanísticas.

Según Manuel Ayllón, este planeamiento de la ciudad, en el que, por vez primera, han intervenido los ciudadanos a través de diversas asociaciones, ha tenido como norte, en todo momento y en mayor o menor medida, y como consecuencia, "la recuperación de la ciudad".

Los nuevos planes han tendido a potenciar el uso colectivo de la ciudad y a compensar los desequilibrios causados por la propia dinámica del libre mercado, tendente a concentrar los equipamientos en ciertos barrios, para lo que, amén de controlar el crecimiento urbano, se han exigido contrapartidas de los promotores en suelo u obras para equipamiento.

Julio Setién, miembro de la Secretaría Municipal del PCE, reconoce que "evidentemente no se ha acabado con la especulación, porque es imposible donde hay un mercado libre de suelo", pero asegura que "se ha frenado de una manera muy importante durante este período", y agrega que, asimismo, se ha puesto coto a "algo que era la norma, aunque parezca paradójico como eran las infracciones urbanísticas realizadas de forma sistemática o habitual".

Otro punto de la gestión destacado por el PSOE y el PCE, es la defensa de los cascos urbanos históricos a través de normativas enérgicas, de planes especiales -de acción o de mera vigilancia del ayuntamiento a partir de la legislación existente. La rehabilitación de los cascos urbanos, frenada tanto por las insuficiencias presupuestarias como por los obstáculos legales, ha tenido como objetivo, según Setién, no tanto fines arqueológicos como mantener el uso residencial de los mismos y a sus residentes actuales, de manera que puedan vivir en condiciones dignas. La peatonalización de ciertas calles céntricas, realizada en numerosas urbes, -Madrid, Bilbao, Guadalajara, etcéteraha contribuido a devolver una fisonomía humana a la ciudad.La política urbanística de la burguesía culta

Esta tarea ha sido asumida también, en ocasiones, por corporaciones derechistas, como lo prueba que Oviedo y Tenerife, regidos por UCD, hayan visto también salvados sus cascos antiguos de los ímpetus de las piquetas incontroladas merced a planes específicos.

Sin embargo, en el haber de las corporaciones conservadoras debe apuntarse más la realización de grandes obras de infraestructura que la demostración de una sensibilidad ante el deterioro urbanístico, fruto de la especulación y la construcción irregular.

Carlos Conde Duque, ex delegado del Gobierno centrista en la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid (Coplaco), reconoce esto y afirma que el éxito de las corporaciones regidas por la izquierda ha sido realizar la política urbanística sostenida desde hace años por la burguesía culta europea, salvo por la derecha española.

Así, UCD, que ha regido la mitad de los municipios extremeños, incluidas casi todas las principales localidades, no ha impedido el destrozo de la estética de pueblos de la comarca de la Vera por nuevas edificaciones, ni el derribo de casas centenarias del casco antiguo de Cáceres.

PCE y PSOE consideran otro éxito el notable incremento del patrimonio del suelo municipal, logrado durante los cuatro años de su gestión, proveniente tanto de los planeamientos urbanísticos como de concesiones de los propios promotores mediante convenios, que les ha permitido equipar rápidamente las ciudades y ofertarlo para proyectos del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo.

Según Setién, Badalona ha visto incrementado en un 50% su suelo municipal, mientras que en Arganda (Madrid) y Guillena (Sevilla), este incremento ha sido de 51.000 y 25.000 metros cuadrados, respectivamente, desde 1979.

La concurrencia de los ayuntamientos regidos por la izquierda en el mercado de la vivienda constituye otro de los puntos del que se muestran más orgullosos el PSOE y el PCE.

Según datos del PSOE, si en 1978 y 1979 fueron inexistentes las viviendas promovidas por los ayuntamientos, en 1980 éstas ya representaron el 1% del total nacional, porcentaje que ascendió a un 2,32% en 1981 y a un 4,48% en 1982.

La labor de inversión en equipamiento, tanto de superficie -pavimentación de aceras, parques, etcétera- como de infraestructura -agua, alcantarillado, etcétera-, es otro jalón fundamental en la labor de los ayuntamientos democráticos, tarea que el PSOE y el PCE lamentan que pase desapercibida, ya que consideran que dichos aspectos sólo son constatados por los ciudadanos cuando fallan o no existen, pero no cuando se instalan y marchan bien.

Sólo en los ayuntamientos gobernados por el PSOE, según datos proporcionados por dicho partido, la superficie de las calles sin asfaltar se ha visto disminuida en un 30%; la cifra de parques y jardines, respecto a 1978, se duplicó en 1979 y en 1980, llegó a ser nueve veces superior en 1981 y se sextuplicó en 1982.

Mañana:

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Reportaje: París.

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