La maldad de lo nuevo
Hace un par de años -no recuerdo la fecha-, en un artículo de EL PAÍS se elogiaba un edificio recién terminado por su correcta adaptación al entorno en que se hallaba enclavado, y se ilustraba dicho artículo con una fotografia. La misma, o muy parecida, ilustración aparece en el número del 19 de abril (página 25) con el siguiente pie: "Los derribos han dado paso a edificaciones modernas que rompen con el entorno del barrio".No todo lo nuevo es intrínsecamente perverso ni todo lo viejo es bueno y bonito por ser viejo; ade más, sería necesario recordar al autor del último de los artículos citados que el edificio no se encuentra en el barrio de Malasaña, como se podría deducir del contexto, sino en la calle de la Libertad./
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