Miles de polacos salieron a la calle en 20 ciudades, al llamamiento de Solidaridad

Unas 10.000 personas se manifestaron ayer en Varsovia para celebrar, al margen de la conmemoración ofic¡al, el 1º de Mayo. Durante tres cuartos de hora, los manifestantes, que fueron violentamente disueltos por la policía a las puertas de la catedral de la capital polaca, gritaron eslóganes en favor de Solidaridad y pidieron democracia, amnistía y libertad para los presos. La televisión polaca reconoció que se habían registrado manifestaciones ¡legales en unas 20 ciudades.

Paralelamente a estos incidentes, a unos 500 metros de distancia, se celebraba la manifestación oficial dentro de un cordón de seguridad en el que cada cinco metros había un soldado, según informa nuestro enviado especial, José Comas. En el curso del acto oficial, el máximo dirigente del régimen militar polaco, general Jaruzelski, declaró que se levantará la ley marcial si no hay disturbios en los próximos meses. Pero, entonces, no tenía aún conocimiento de la importancia de las manifestaciones ilegales.En Varsovia, la policía lanzó agua coloreada a presión sobre los manifestantes que gritaban "Solidaridad no se dejará dividir ni destruir", produciéndose escenas de pánico y numerosas caídas. Las fuerzas de seguridad golpearon indiscriminadamente a los manifestantes, muchos de los cuales se refugiaron en la catedral.

En Nowa Huta, suburbio de Cracovia, la policía reprimió con dureza la manifestación de unas 40.000 personas, que respondieron lanzando piedras. Entre 15.000 y 20.000 manifestantes se reunieron en Gdansk, donde el líder de Solidaridad, Lech Walesa, declaró que "el Primero de Mayo ha sido un éxito" porque "la gente ha respondido al llamamiento, demostrando que Solidaridad existe".

.Ningún comentario sobre las manifestaciones ilegales polacas de ayer se registró en Moscú, donde el nuevo líder soviético, Yuri Andropov, presidió por primera vez la manifestación del Primero de Mayo, con la ausencia de quien hasta hace poco era considerado como número dos del régimen, Constantin Chernienko. Los embajadores de la mayoría de los países de la OTAN boicotearon el acto. El nuevo embajador español, en cambio, estuvo presente en la tribuna del cuerpo diplomático.

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