Agua, urbanismo, cultura y ánimos de cambio, los cuatro pilares de la labor municipal en Aragón
JAVIER ORTEGA, Aragón, que fue reino y nación, tiene una extensión de 47.669 kilómetros cuadrados y algo más de 1.200.000 habitantes, de los cuales más de la mitad viven en Zaragoza capital, que va camino de los 700.000. Hacer balance de cuatro años de gestión municipal es, pues, contar, sobre todo, lo que se ha cocido en el Ayuntamiento de Zaragoza: Aragón es Zaragoza -la madrastra-, y el resto, un desierto. Puede decirse que más de la mitad de los aragoneses han sido gobernados en los últimos cuatro años por un ayuntamiento de izquierdas. Y un hombre es el protagonista: Ramón Sainz de Varanda. El pacto de las izquierdas, PSOE y PCE, principalmente, consiguió mayoría en el Ayuntam. íento de Zaragoza y también en otras localidades. importantes de la región (Fraga, Caspe, Mallén, Binéfar, Monzón, Andorra); el resto, principalmente en la provincia de Teruel, estuvieron mandados por UCD. Los ayuntamientos de Huesca y Teruel, Jaca, Sabiñánigo y Barbastro también estuvieron presididos por alcaldes centristas. El PAR tuvo mayoría en municipios tan destacados como' Cariñena y Calatayud. La provincia de Huesca. estuvo más repartida, con núcleos importantes gobernados por las izquierdas y otros por UCD; no así la de Teruel, que prácticamente, a excepción de la cuenca minera, donde ganó la izquierda, estuvo gobernada por UCD.
Cuatro años no son suficientes
"La gente se creía que en unas pocas horas o días se podían solucionar todos los problemas", comentaba Joaquín Saludas, alcalde comunista de Monzón. Y esto no era ni ha sido así. Han tenido dificultades de todo tipo: burocráticas, económicas... En el caso de Monzón, han estado sin secretario y sin interventor. ¿Tuvo algún problema por ser alcalde comunista? "Posiblemente, en algunos temas se hubiera prestado más atención y ayuda a miembros de otros partidos. Yo estoy orgulloso de haber logrado lo que hemos. conseguido Quizá con UCD se hubieran volcado más para algunas cosas". Añade que ha olvidado lo pasado y que no es hombre de rencores.
A la hora de enumerar el principal problema de Monzón o el tema que más ha preocupado en los últi mos años hay que nombrar el agua. Ésta ha sido la tónica general de muchos pueblos de Aragón En unos casos porque no la hay y en otros porque las instalaciones de la conducción no son las adecuadas, raro ha sido el.pueblo donde no han realizado obras referentes al agua, depósitos, alcantarillados, nueva toma, nuevos cauces. En este apartado hay que nombrar también los esfuerzos realizados conjuntamente con las cámaras agrarias en los regadíos.
Falta de presupuesto
Es cierto que la mayoría de los presupuestos municipales se han duplicado o triplicado en los últimos cuatro años; con todo, no ha sido suficiente para financiar las obras emprendidas. Isidro Guía, senador y alcalde socialista de Andorra (Teruel), además de mostrar su enfado porque les confundan con la otra Andorra, asegura que es la localidad que mayor despegue ha dado y más obras ha realizado en los últimos cuatro años. Se pone a contar y no termina: cultura, plazas y calles, deportivos, parador turístico, escuelas, carreteras, centro asistencial.
El plato fuerte de los ayuntamientos de la cuenca minera turolense fue el reparto del canon de la energía; éstos querían que la mayor parte fuera a aquellas localidades que sufren las molestias; no era de igual parecer la Diputación Provincial, presidida por el ucedista Román Alcalá; hubo hasta insultos. El ayuntamiento que, al parecer, sí ha tenido suficiente presupuesto, ya que que ha tenido un superávit de 40 millones en el ejercicio de 1982, ha sido el de Teruel capital. Su alcalde, Ricardo Eced, lanzó un reto al poco de tomar posesión: "40.000 habitantes, o morir"; va camino de lo segundo. Es una capital de funcionarios, está en el furgón de cola de las capitales españolas y los temas conflictivos hacen referencia a instalaciones que, por una u otra razón, se hunden: la Escuela del Profesorado de EGB (se ha aprobado su demolición), regalo de Cruz Martínez Esteruelas cuando era ministro; el parque municipal, la estación de autobuses o lahueva residencia de la Seguridad Social. Quienes sí quisieron buscar las cosquillas a la gestión del concejo, que, en general, ha sido bien aceptada, fueron los independientes.
Cultura para todos
Donde realmente se ha notado el cambio en los ayuntamientos ha sido en el panorama cultural: raro ha sido el pueblo que no ha creado una comisión de cultura, a través de la cual se han canalizado las actividades de teatro, charlas, recuperación de tradiciones perdidas (la danza y fiestas). Se ha intentado potenciar los locales para realizar estas actividades -ha sido el principal problema-; se han recuperado viejos edificios para bibliotecas y salas de reunión, etcétera. La buena gestión realizada en este aspecto en los pueblos ahí está, por ejemplo, en el Festival de Teatro Rural de Alfajarín; las subvear ciones y ayudas concedidas por las diputaciones provinciales para estos fines o las ayudas para restaurar monumentos han quedado ensombrecidas por el plan cultural del Ayuntamiento de Zaragoza.
La capital tiene un presupuesto próximo a los 700 millones de pesetas, basado en la descentralización y en crear la infraestructura necesaria (reconversión de locales, como el antiguo matadero, el mercado de pescados y las antiguas instalaciones del Gobierno Militar, en teatros o centros de cultura). El Ayuntamiento participa y potencia instituciones como la Biblioteca Pública, el Conservatorio de Música, el Teatro Principal, y se ha creado la Filmoteca Municipal, la Escuela de Teatro y de Jota. A través del Servicio Municipal de Publicaciones se editaron libros de diverso signo y contenido, todos relacionados con el arte, la cultura y las gentes de Aragón. Dentro del programa de animación cultural se desarrollaron ciclos de introducción a la música, al teatro, a la danza, al ballet clásico.
Este apartado ha sido elogiado y bien acogido, tanto por los ciudadanos, que han participado masivamente, como por los grupos municipales en general.
Zaragoza: Sainz de Varanda
Ramón Sainz de Varanda fue elegido alcalde de Zaragoza con los once votos de su partido (PSOE), los cuatro del PCE y los dos del PTA, frente a los siete de UCD y siete del PAR. Los primeros años de mandato funcionó el pacto de las izquierdas, que poco a poco fue enrareciéndose hasta llegar a la actural ruptura.
Recientemente el alcalde manifestaba que "el Ayuntamiento de Zaragoza ha pasado del caos a la disciplina". Y en el prólogo del libro Cuatro años de gestión transparente indica que uno de los frentes en que ha actuado la corporación ha sido el del urbanismo. "El rápido y tumultuoso crecimiento de la ciudad en las últimas décadas favoreció el beneficio de algunos pocos intereses privados, dejando en la más precaria situación a amplías zonas de la ciudad densamente pobladas. Hacia ellas se han dirigido los principales esfuerzos de la corporación". Precisamente el tema del urbanismo, entre otros, provocaría la ruptura del pacto con las izquierdas, al retirarle al PCE la concejalía y crear la Gerencia de Urbanismo.
En los últimos meses las críticas de casi todos los grupos han llovido contra Sainz de Varanda, "por su actitud personalista, no sólo en la imagen al exterior, sino dentro de la corporación. Ha ejercido todos los poderes que la legislación franquista le da", manifestaba Miguel Angel Loriente, concejal comunista. Los temas que más debates suscitaron en los plenos fueron la presencia de la base de utilización hispano-norte americana, aprobándose numerosos dictámenes oponiéndose o pidiendo su desmantelamiento; el tema de la Unidad de Vigilancia Especial (UVE) de la Policía Municipal (las asociaciones de vecinos, diversos colectivos y el PCE pidieron su disolución), el trasvase del Ebro y la autonomía.
Rafael Zapatero, presidente regional de AP, a la hora de valorar la gestión municipal de estos cuatro últimos años indicaba que "la actuación ha sido desigual. Algunos aspectos, bien; otros, mal. Por ejemplo, en urbanismo ha habido confusionismo absoluto, se ha variado varias veces de plan. Se ha mejorado en festejos y cultura, pero, en cierta manera, ha sido una actuación sectaria; la cultura no es de derechas ni de izquierdas".
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