Shultz recurre a la Biblia para que Israel lo acepte establecer un compromiso con Líbano
El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, ha realizado en Israel un llamamiento a un acuerdo entre libaneses e israelíes. "La Biblia nos enseña que hay un tiempo para discutir y otro para decidir. Ha llegado el tiempo de la decisión. Como en todas las negociaciones, se hace necesario un compromiso". Israel parece estar dispuesto a ceder en algunas de sus pretensiones si Estados Unidos garantiza los posibles acuerdos a que se pueda llegar. A partir de hoy comienza, según los observadores, el verdadero programa mediador del enviado del presidente Ronald Reagan.
Shultz viajó ayer por la mañana a Beirut, pero antes se volvió a entrevistar, durante hora y media, con el primer ministro israelí, Menájem Beguin. "Nuestras conversaciones han sido buenas y positivas. Hemos discutido sobre Líbano y, en particular, de la evacuación de las fuerzas extranjeras y de la necesidad de garantizar la seguridad de Israel. También hemos hablado sobre las relaciones entre Israel y Estados Unidos", manifestó Beguin después del encuentro.Las dos entrevistas mantenidas con el primer ministro, más las que ha celebrado con el ministro, de Asuntos Exteriores, Isaac Shamir, y otras personalidades, son calificadas de muy fructuosas por el diplomático norteamericano, quien ha declarado que piensa quedarse en la región durante algún tiempo.
Garantías y contrapartidas
Entre las garantías que Israel pide a Estados Unidos para firmar un acuerdo sobre la retirada de sus tropas de Líbano está la de que el repliegue militar lo lleven a cabo simultáneamente sirios, israelíes y palestinos. Washington debe garantizar también que Beirut firmará, a los seis meses de la retirada israelí, un acuerdo de normalización de sus relaciones con Israel y el reconocimiento del Estado hebreo.
A cambio de estas garantías, según la radio estatal israelí, Israel acepta el emplazamiento de un batallón de cascos azules de la ONU en Sidón para proteger un campo de refugiados palestinos pero no renuncia a su aliado en la zona, el comandante Saad Hadad, a quien desea atribuir el dispositivo de seguridad en la zona fronteriza con la Galilea israelí.
Aceptar este punto y el deseo israelí de que se establezcan patrullas mixtas israelo-libanesas han llevado a decir al ministro libanés de Asuntos Exteriores, Alí Salam, que "sería una pura violación de nuestra soberanía y una seria injerencia en nuestros asuntos".
Shultz se entrevistó ayer en Beirut con el presidente libanés, Amin Gemayel, y los principales dirigentes libaneses, con los que examinó los medios para llegar a un acuerdo sobre la retirada de las tropas israelíes tras cuatro meses de infructuosas negociaciones entre Israel, Líbano y Estados Unidos. En Líbano se han preparado minuciosamente estas entrevistas, de las que se espera sirvan para desbloquear la situación.
Después de estas conversaciones, el secretario de Estado norteamericano viajó de nuevo anoche a Israel, donde la mayoría de los analistas coincide en que sólo a partir de hoy, y tras la tercera entrevista Shultz-Beguin, comenzará a abordarse la negociación sobre las propuestas de cada parte.
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