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Fraga y Roca

A estas elecciones municipales desea convertirlas en generales la oposición. O, al menos, en un sondeo sociológico de lo que vaya a ocurrir en 1986. Es, por tanto, un envite fuerte, en el que Fraga se juega las pestañas. Si Fraga mejorase posiciones el día 8-M, el Gabinete socialista.. tendría que gobernar frente a un hombre cargado de moral y de urgencia. Si, por el contrario, Alianza Popular viera reducido su espacio electoral, a Fraga empezarían a comérselo los buitres a la espera. ( ... )Estas elecciones, sin embargo, van a ser estrictamente municipales, a pesar de la politización teórica hacia la que desea conducirlas la oposición. Prueba de ello es, que el jefe del Gobierno no va a descender a la arena. Fuentes de Presidencia anunciaban ayer que Felipe González no intervendrá en mítines, ni siquiera para cerrar la campaña socialista en Barcelona, como se había anunciado oficiosamente. Lo cual significa que el Gobierno reduce el asunto a un problema de gestión. La oposición, así, deberá anteponer a los ediles de la izquierda equipos de hombres acreditados por su capacidad gestora. Pero algunos de estos equipos ya han desesperado a Fraga durante estos inicios de campaña electoral. La imitación hay que hacerla, porque al natural, especialmente en amplias zonas de Castilla, la autenticidad es sobrecogedora.

Pero a Fraga, sea cualquiera el resultado en las urnas el próximo día 8, habrá que sostenerlo, aunque sea con parihuelas.

26 de abril.

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