Los panameños dan el visto bueno a la reforma de su Constitución

Sin aglomeraciones ante las urnas se inició ayer en Panamá el referéndum para una reforma constitucional que todos dan ya por aprobada. El temor de que pueda registrarse un abultado abstencionismo hizo que destacados políticos desfilasen a media mañana ante los micrófonos de la cadena nacional de radio para invitar a sus conciudadanos a votar.Aunque a muchos parece insatisfactoria la reforma, a los torrijistas por iconoclasta y a los opositores por tímida, nadie cree posible su rechazo por parte del electorado. Once partidos han optado por el sí, mientras sólo dos recomiendan el voto negativo. El Partido Panameñista Auténtico, del ex presidente Armilfo Arias, dejó en libertad a sus militantes.

Los panameños en edad de votar son 950.000, aunque sólo 820.000 han retirado la cédula que permite ejercitar este derecho. Se calcula que, en el mejor de los casos, el porcentaje de votantes superará ligeramente el 70% del censo. Hasta el mediodía, cuando habían transcurrido cuatro horas de votación, no se tenían noticias de incidentes. El sindicato de la construcción, estrechamente vinculado a la figura de Torrijos, parecía haber renunciado a su amenaza de boicotear el referéndum impidiendo el acceso a los colegios electorales.

En menos de ochenta años de vida independiente, Panamá ha tenido cuatro constituciones. La última, que se somete ahora a una profunda revisión, data de 1972, y ya fue reformada parcialmente por el propio general Omar Torrijos en 1978. En aquella ocasión se introdujo la elección directa del presidente y de un tercio del consejo nacional de legislación, el Parlamento panameño.

Se mantuvo en cambio la Asamblea de Corregimientos, una institución con la que Torrijos trató de restar fuerza a los partidos tradicíonales, estableciendo lo que creyó que iba a ser una especie de democracia directa y que terminó convirtiéndose en un órgano profundamente antidemocrático. Las comunidades rurales escasamente habitadas tenían la misma representación que ciudades como Panamá y Colón.

Devolución de poderes

Esta asamblea, que carecía de capacidad legislativa, tenía sin embargo facultades tan importantes como la de elegir entre sus miembros a dos tercios del Parlamento y nombrar a todos los alcaldes del país. Estos dos poderes serán devueltos al electorado mediante la reforma constitucional en marcha. La propia asamblea desaparece como institución de ámbito nacional, aunque los 505 corregidores desempeñarán funciones de menor cuantía en los ayuntamientos y las provincias.Aunque el pragmatismo de Torrijos le hizo darse cuenta rápidamente que su Constitución no podía funcionar por mucho tiempo, lo que le llevó a su primera reforma, bastantes seguidores suyos opinan que difícilmente hubiera aceptado esta liquidación de la Asamblea de Corregimientos, su proyecto político más querido y que él consideraba original.

La Guardia Nacional, que reúne las funciones del Ejército y la policía, queda ahora sometida al mandato del Gobierno.