El ex alcalde Juan de Arespacochaga hace campaña por los candidatos de AP y contra la 'dictablanda' socialista

Una exaltada intervención de Juan de Arespacochaga, presidente del Grupo Popular en el Senado, remató la fiesta electoral que unos 300 militantes y simpatizantes de AP del distrito Centro de Madrid celebraron en la noche del jueves en una sala de la plaza de Tirso de Molina. Arespacochaga, último alcalde franquista de la ciudad, presentó con tintes sombríos la posibilidad de una prolongada gestión socialista en el Gobierno, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y no descartó la hipótesis de que terminara con lo que calificó de dictadura marxista. "¿Para este viaje necesitábamos tales alforjas?" dijo.

El discurso de Arespacochaga en favor de las candidaturas de Jorge Verstrynge y Luis Perinat caldeó lo que hasta ese momento había sido un apacible encuentro social desarrollado en una sala especializada en banquetes de bodas, bautizos y comuniones. Flanqueado por dos azafatas vestidas con camisa blanca y falda, pañuelo y gorrito de color rojo, y por dos grandes jarrones repletos de claveles artificiales, Arespacochaga aseguró que el Grupo Parlamentario Popular en el Senado, que él preside, es un convidado de piedra al que el PSOE no permite cambiar ni una sola tilde de los proyectos de ley. "La gestión socialista lleva camino de convertirse en una dictablanda", aseguró.Reticencias hacia el ex alcalde

Arespacochaga recordó luego que había compartido buenos tiempos en el Ayuntamiento de Madrid con los actuales candidatos aliancistas Enrique Villoria y Álvarez del Manzano y se lanzó a una severa crítica de la actuación de la izquierda en el último cuatrienio de gestión municipal. "Se ha pagado con el dinero de los madrileños, con vuestro dinero, la exposición del centenario de Carlos Marx en el cuartel del Conde Duque. Una acción propagandística cuya documentación ha venido de Moscú", dijo. Y recordó a los asistentes que "el mensaje de Marx no fue otro que enfrentar a los hijos con sus padres y a las clases más pobres con las mejor situadas".

Las palabras de Arespacochaga, recibidas con evidente reticencia por algunos militantes jóvenes de AP, cerraron un acto que había comenzado a las ocho de la tarde. A la entrada de la sala de fiestas, jóvenes aliancistas habían recibido a los 300 asistentes tras una mesa repleta de llaveros, globos, abrebotellas y otros objetos con las siglas de AP.

Luis Perinat y Blanca, su esposa, y Carlos Robles Piquer, números uno y dos en la lista autonómica, fueron los primeros líderes conservadores en presentarse en la sala. Al poco se presentaron Álvarez del Manzano y Enrique Villoria, segundo y tercero en la candidatura municipal -que excusaron la ausencia de Verstrynge- y Juan de Arespacochaga.

La fiesta, denominada de confraternización electoral, aunque había sido incluida en la programación de actos de campaña abiertos a la Prensa, era de rigurosa invitación, y el precio de la entrada, 1.000 pesetas.

Enrique Villoria fue el primero en tomar la palabra, para señalar que "tratamos de devolver Madrid a los madrileños y evitar que las calles sean propiedad de malhechores que campan libremente por ellas. La democracia es equilibrio", prosiguió, "y éste no existirá si en Madrid hay un Gobierno central, un Gobierno autonómico y un Ayuntamiento socialistas. Eso supondría que Madrid sería gobernada a golpe de teléfono desde la Moncloa por Alfonso Guerra".

A continuación habló Álvarez del Manzano, quien dijo que "el mejor marketing de España lo tiene el PSOE, que vende hasta lo que no hace". Álvarez del Manzano cerró su turno con la petición de que los asistentes recomendaran a familiares y amigos que no se fueran de Madrid el día 8, aunque haga buen tiempo, para que puedan votar a AP. Perinat consumió un tumo explicando su concepción de la autonomía madrileña. "Lo importante", explicó, "es que sea un poder intermedio que evite la dictadura socialista, que amenaza con quitar las subvenciones a los colegios privados e impedir la creación de canales privados de televisión".