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Termina la semana de forma apacible

Terminó la semana bursátil con unas sesiones apacibles en las que los especialistas aparentemente buscaron remansar las aguas del mercado, que se encontraban bastante encrespadas tras los bruscos cambios de tendencia experimentados en días anteriores. La cautela y un mínimo de disciplina operativa parecieron imponerse y al cierre de la contratación dominaba una situación de calma tensa.Una de las características más representativas de las reuniones de ayer la constituyó la importante reducción observada en la contratación en la casi totalidad de los corros. Después de las primeras escaramuzas producidas en Hidrola, y constatadas por los operadores a corto plazo las dificultades casi insalvables para generar avances en su precio y su tramitación, se perdió prácticamente todo el interés por la contratación directa de valores, y los más variados comentarios comenzaron a constituirse en el eje central de las sesiones.

Éstos, en general, se centraron en las manifestaciones realizadas por el presidente de la AEB, Rafael Termes, a los informadores económicos catalanes. En ellas mostraba su convicción por la necesidad de acometer en breve plazo un proyecto económico cuyos resultados fuesen similares a los del innombrable plan de estabilización. Los técnicos habitualmente mejor informados reconocían su lógica a las declaraciones del presidente de la patronal bancaria pero la impopularidad de las medidas que acompañan a una actuación de este tipo calaba hondo entre el colectivo de especuladores, especie bursátil que vive fundamentalmente de la corazonada y el rumor.

No obstante, seria injusto cargar sobre las espaldas del presidente de la patronal bancaria toda la responsabilidad de la interrupción o aminoración de las subidas iniciadas en la sesión celebrada el pasado jueves. Hay que considerar que éstas se generaban a espaldas de todo planteamiento racional, y pretendían exclusivamente aprovechar las condiciones objetivas favorables para generar rápidas plusvalías que se daban tras las fuertes pérdidas anteriores.

La coyuntura actual no parece ser la más propicia para que se den muchas alegrías en los mercados de acciones. Los Presupuestos Generales del Estado están aún por presentar, y aunque algunas filtraciones han apuntado ya que el déficit previsto tendrá menor relevancia que lo que inicialmente se había estimado, sin embargo, todos los observadores coinciden en que registrará un aumento importante en la presión fiscal, tanto en el capítulo de impuestos directos, en sus aspectos de Renta de las Personas Físicas, Patrimonio o sucesiones, como en los gravámenes de caracter indirecto.

A esto hay que añadir que una de las pocas intenciones que aparecen claras del equipo económico del Gobierno es un más severo control de la política monetaria, que a su vez generará un incremento en los tipos de interés practicados en el sistema. Evidentemente, este es uno de los mayores enemigos con los que se puede encontrar un mercado de renta variable, y por tanto no parece muy lógico el que se puedan echar las campanas al vuelo, como se pretendió el jueves.

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