Apoyo formal del Gobierno al proceso negociador iniciado en Centroamerica

El Gobierno español se pronunció ayer a favor del "cambio de las estructuras sociales y la instauración de las libertades y de los principios del régimen representativo", como fórmula para superar la crisis centroamericana. Al mismo tiempo, el Ejecutivo socialista anunció públicamente su apoyo al proceso de Contadora, impulsado por Colombia, Panamá, Venezuela y México, que ayer dio un primer paso con la reunión mantenida en Panamá por los cinco ministros de Asuntos Exteriores centroamericanos y los de los cuatro países autores de la iniciativa.

La declaración del Gobierno español, la primera que hace sobre Centroamericana después de insistentes especulaciones sobre la posibilidad de que España pueda desempeñar algún papel en la búsqueda de la paz para esa región, subraya "la necesidad de garantizar la soberanía y la integridad territorial de todos los Estados y la inviolabilidad de sus fronteras". Esta toma de posición del Consejo de Ministros confirma la buena disposición española de cara a la eventualidad de que el grupo de Contadora sea ampliado próximamente con la incorporación de algunos países europeos.La reunión de Panamá ha servido ya para que los diferentes cancilleres expongan su voluntad de negociar con los vecinos, informa desde la capital panameña nuestro enviado especial Jesús Ceberio. "Hemos establecido el compromiso de no dar declaraciones, pero la reunión va por buen camino" manifestó el canciller hondureño, Edgardo Paz, al ser abordado a las cuatro de la tarde de ayer momentos antes de que saliera a almorzar con sus colegas de Costa Rica, El Salvador y Guatemala. Instantes después, el ministro nicaragüense, Miguel D'Escoto, entraba en la sede de la reunión para entrevistarse en solitario con los cancilleres de Contadora. Esto pone en evidencia que el grupo centroamericano está de hecho dividido en dos: Nicaragua y los demás.

Las esperanzas originadas por el comienzo del proceso de Contadora se han visto confirmadas por la visita del secretario de Estado norteamericano, George Shultz, a México, que concluyó con una declaración del jefe de la diplomacia de Estados Unidos en la que aseguró que su país "convino con México en apoyar una solución negociada a la crisis de Centroamérica".

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