Azulejería: el tuerto en el país de la industria constructora
Hace tan sólo cuatro años, Vicent Olucha, una de las personas más conocedoras del sector, podía decir y escribir que "para el sector de azulejos y pavimentos la integración de España en la CEE se está produciendo -en el citado sector- ya en estos momentos", y continuaba: "La mera perspectiva de adhesión de España a la CEE ha justificado ¡inversiones de promoción y creación de canales de comercialización para los productos comunitarios". Aun desarrollando más adelante diversos peros y defectos de la industria que tratamos, Olucha Álvaro estimaba que en un no dilatado espacio de tiempo "el sector de azulejos y pavimentos cerámicos habrá consolidado su innovación para, al tiempo que un sector de bienes de equipo, ser una pujante realidad".No puede decirse, es cierto, que la industria azulejera no haya riealizado un ingente esfuerzo, pero hoy, para Antoni Rico, director del Instituto Valenciano de Economía, el sector está mal y el alto grado de exportación de azulejería y cerámica -casi un 35% de su producción- palia el problema de fondo. En estos momentos hay sobreproducción, que siempre hace ver además que antes sólo teníamos un gran competidor (que siempre nos aventajaba en diseño, reconversión y novedades: Italia), pero que últimamente se han incorporado al mercado internacional países como Brasil, México, Turquía, Taiwan, Portugal y hasta Japón. La competencia por la conquista de los mercados intemacionales es fortísima, sobre todo por el mercado de Estados Unidos. Pero también ese gran vientre eterno e insaciable consumidor como es EE UU está inmerso en la crisis económica mundial, y así, por ejemplo, en 1981 consumió 700.000 metros cuadrados menos de azulejos que en 1980. Italia suministró el 45% del total importa do por los estadounidenses.
País Valenciano
Por otra parte, la CEE se protege cada día más. Un técnico de una importante fábrica de Castellón nos contaba una anécdota ejemplificadora a este efecto al decirnos: "El Gobierno francés, po ejemplo, nos obliga a redactar todos los documentos en su idioma, y una simple falta de ortografía hace que se invaliden nuestras propuestas o que tengamos que corregirlo todo de nuevo...".
Acaso algún lector se extrañe de que estemos escribiendo sobre azulejería y tan sólo nos refiramos al País Valenciano. El hecho es muy simple y plenamente justificado: sólo la provincia de Castellón de la Plana produce el 88%. del total de la producción española y contiene el 85%. de las empresas de este sector. Si se incluye además a la provincia de Valencia, la producción roza el 95%. En consecuencia, al dar cuenta de la marcha del sector en estos momentos es necesario centrarse en lo que ocurre en el País Valenciano, ya que el resto es, en este campo, mera anécdota.
El técnico que muestra la más moderna y avanzada industria azulejera existente en nuestros días -situada en Onda (Castellón)- nos da cuenta de que las exportaciones principales de España se dirigen a los países de la CEE -aunque "cada día encontramos mayores trabas para ello"-, en especial a Francia, República Federal de Alemania y Reino Unido. Después se sitúan los países árabes (sobre todo Egipto y Líbano) y luego Estados Unidos y Canadá. "Exportamos hasta al mismísimo Hong Kong". Pero "la gran batalla es la del mercado estadounidense", confiesa.
Los empresarios ponen un decidido énfasis en recalcarnos que en España carecen de la debida protección a través de la desgravación fiscal, así como con respecto a la financiación. "Faltan esos cauces, y el crédito exportador clásico se ha ido rebajando en su techo: así, hemos pasado de que representara un 30% en 1981 a sólo el 22,5% en 1982, y que hoy esa cota se haya rebajado a tan sólo el 15%,". Como resumen, se quejan de que ello dificulta hasta extremos muy graves la pervivencia misma de muchas empresas.
Competencia
Todos reconocen que en este. campo de la azulejería es Italia la que impone su producción y sus diseños. Grandes firmas como Valentino o Pratessi, etcétera, no dudan en tener departamentos de diseñadores fuertemente especializados, provenientes en su mayoría de la industria textil.
Claro es que la industria azulejera no está sola. Forma parte del sector de industrias de la construcción, en concreto de las viviendas y toda suerte de edificios y empresas. Si la construcción falla produce un efecto de arrastre no sólo de la azulejería, sino asimismo de los cementos, manufacturas de talla o construcción de mármoles, etcétera, sin olvidar la industria de colores y esmaltes cerámicos y algún pequeño subsector más. Si en el reino de los ciegos el tuerto es el rey, al menos las posibilidades exportadoras de nuestra azulejería, aunque cuestionada y con dificultades, es el único subsector de la construcción que le convierten en la príncesa de Éboli.
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