_
_
_
_

Escasos avances en las negociaciones hispano-argelinas sobre el gas natural

La firme voluntad política de obviar las enormes dificultades técnicas existentes en la renegociación del acuerdo de suministro de gas natural de Argelia a España fue la única conclusión positiva de las negociaciones que mantuvo ayer y el jueves, en Madrid, el ministro argelino de Energía y Petroquímica, Belkacen Nabi, que incluso Negó a visitar ayer al presidente del Gobierno, Felipe González, por espacio de una hora en su residencia de la Moncloa.

Tanto el ministro argelino como su colega español, Carlos Solchaga, fueron ayer poco explícitos sobre el desarrollo de las negociaciones políticas, que el próximo martes continuarán en Madrid a nivel técnico. De sus parcas declaraciones a la Prensa se deduce, sin embargo, que los dos países mantienen posiciones muy distantes y que sólo la firme voluntad política, según manifestó Solchaga, de englobar el problema del gas en el contexto de las relaciones económico y políticas entre dos países con gobiernos socialistas, puede facilitar el camino del entendimiento.El escaso margen de maniobra en las negociaciones se evidenció, por otro lado, con las diferentes interpretaciones que parecen hacer las dos partes del texto del acuerdo de suministro de gas, firmado el cuatro de marzo de 1974, renegociado el 14 de agosto de 1975 y posteriormente en el curso del año 1979. El ministro argelino llegó incluso a expresar una interpretación particular de la cláusula take or pay (que fuerza al comprador a pagar la totalidad de las cantidades concertadas, aunque no se retiren) que hasta cierto punto favorecía la tesis española, es decir, la posición de partida de que España no puede pagarlo que no puede consumir.

El problema del acuerdo de 1974-75 es que concierta unas cantidades de suministro de gas natural de hasta 45.000 millones de termias (4.500 millones de metros cúbicos), que, debido al fracaso de una política de inversiones y comercial en la venta interna de gas, han resultado sobredimensionadas para un consumo que el pasado año apenas llegó a 2.300 millones de metros cúbicos. España, que ya tiene un acuerdo con Libia para el suministro de gas, de mil millones de metros cúbicos, desea rebajar el acuerdo con Argelia a una cantidad no superior a 1.500 millones de metros cúbicos al año.

Por parte argelina, sin embargo, el problema fundamental es el precio que se paga por el millón de BTU (british termical unit), que desea equiparar al que otros países europeos abonan por sus compras. Este precio se sitúa en 4,79 dólares por BTU, y es más alto que el acordado en 1975 (3,26 dólares, y 3,91 dólares, según la revisión de 1979).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_