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Mauroy explicará mañana en una declaración la segunda fase del 'socialismo a la francesa'

El primer ministro francés, Pierre Mauroy, hará mañana una declaración de política general ante la Asamblea Nacional, y acto seguido la someterá al voto de los diputados. Comienza así, después de la tregua pascual, lo que ha dado en llamarse el segundo acto del socialismo a la francesa, que aparentemente marca un giro histórico respecto a la política que los socialistas le propusieron al país cuando llegaron al poder en 1981.

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Las estrategias políticas y económicas decididas tras los resultados, adversos para el Gobierno, de las últimas elecciones municipales hacen pensar a varios sectores de la opinión, como a las fracciones más radicales de la mayoría gobernante de izquierdas, que "Mitterrand le ha vuelto la espalda al socialismo".Durante las dos semanas que siguieron a las elecciones municipales las esferas del poder de la izquierda francesa vivieron una batalla que no duda en calificarse de histórica de cara al futuro de la mayoría socialista-comunista y que afectará a todos los franceses.

Esa batalla, política en su raíz, se planteó en términos económicos y financieros. Se trataba de redefinir la administración del país a partir de la advertencia que, de hecho, constituyeron los resultados de las municipales para el Gobierno.

Dos fuerzas se han confrontado para decidir el futuro del socialismo a la francesa. De un lado, los duros de la izquierda, encabezados por el que aún era ministro de Industria, Jean Pierre Chevenement, y por otros líderes, como Louis Joxe, más los comunistas. Frente a ellos se alineaba la llamada aquí segunda izquierda o izquierda americana, cuyos nombres más relevantes son el ministro de Finanzas, Jacques Delors, y el ministro de Agricultura, Michel Rocard.

Las tesis de los dos grupos referentes a los problemas esenciales planteados por la elaboración de una nueva gestión del país son radicalmente divergentes. Para los duros, tras el fracaso municipal, se trataba de reactualizar "la ruptura con el capitalismo". Para la segunda izquierda la solución era Europa.

En función de estas actitudes ideológicas, cada uno de los bandos se pronunció sobre las cuestiones a resolver. Los duros deseaban salir del Sistema Monetario Europeo (SME), establecer barreras proteccionistas y jugar con los déficit públicos para provocar el crecimiento. Sus adversarios, por el contrario, lucharon en favor del mantenimiento del franco en el SME, de la economía de libre mercado y de la ortodoxia presupuestaria.

La elección de Mitterrand

El presidente de la República, François Mitterrand, escogió la política del grupo constituido por Delors y Rocard. No pocos observadores creen poder afirmar que la batalla entre las dos tendencias, y las maniobras a que dio lugar, la fomentó Mitterrand para que cada cual se desahogara, pero él ya sabía de antemano lo que quería. Lo cierto es que el vencedor absoluto fue Delors como encarnación del europeísmo, la economía de mercado, la cooperación económica y monetaria. Y el perdedor ha sido el ex ministro Chevenement, como símbolo de la ruptura rápida con el capitalismo.Él mismo lo reconoció implícitamente al dimitir a causa "de mi desacuerdo con los métodos y con la concepción de la acción gubernamental". Al mismo tiempo, otros tres dirigentes del CERES (el instituto de estudios donde se concentra la tendencia situada más a la izquierda dentro del partido socialista), entre los que se encuentra el embajador en Madrid, Pierre Guidoni, publicaron un libro, El socialismo y Francia, firmado con el seudónimo Mandrin, en el que denuncian el sometimiento de la política del Gobierno a las orientaciones de Delors, que sería víctima del juicio de las finanzas internacionales.

Patria, familia y esfuerzo

Mitterrand, como corolario de la batalla que ha dividido profundamente al PS (ya se espera su próximo congreso en octubre como una cita decisiva), le dirigió un mensaje a la nación en el que la patria, la familia y el esfuerzo fueron los temas clave de una tesis en la que la palabra socialismo había desaparecido. "Hay que resistir a todo lo que divide la patria en su misma existencia"; "tengo confianza en mi patria, porque tengo confianza en vosotros", "hay que rechazar el declive de Francia, que se inscribe en el declive de la familia"; y "la recompensa está en el esfuerzo" son todos ellos lemas o principios que hacen recordar en este país "que François Mitterrand llegó al socialismo al alba casi de su tercera edad".Más información en la página 47

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