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Reportaje:Salud

Para evitar el infarto

Disminuir el consumo de sal, hacer ejercicio y vigilar el colesterol son tres normas necesarias

Conocí hace tiempo a un distinguido educador sanitario que abandonaba de cuando en cuando su oficina de París, donde dirigía una revista de educación para la salud, para pronunciar conferencias en distintos países. Elegía como tema preferente la prevención del infarto de miocardio. Me pareció siempre un hombre sincero, de modo que no dudo de que aplicara en su propia vida las normas que explicaba a los demás; pero el hecho es que hace unos años murió de infarto de miocardio.Con la casi exclusiva excepción de las vacunas, ningún método preventivo ofrece un éxito total, y por ello todas las normas suelen basarse en estadísticas. Por otra parte, en el caso concreto del modo de evitar el infarto de miocardio reina un gran confusionismo, y son muchas las personas que prestan más atención a los hechos anecdóticos (del tipo de mi abuelo, que vivió 84 años y fumaba dos cajetillas diarias) que a los conocimientos científicos.

Por ello es de agradecer que la OMS convocara un comité de expertos sobre prevención de las coronariopatías (enfermedades de las arterias coronarías) y que le pidiera que preparara un informe de revisión de los conocimientos existentes. El comité subrayó, en primer lugar, que la mortalidad por coronariopatías no es estable, sino que tiende a aumentar, como está sucediendo en España, o a descender, como en Estados Unidos.

Colesterol y otros factores

Existe una clara relación entre la concentración sanguínea de colesterol y el riesgo de aparición de arteriosclerosis en las coronarías. El comité de expertos de la OMS no encontró ninguna población en la que sea frecuente esa enfermedad y que no presente al mismo tiempo una concentración media relativamente alta de colesterol en la sangre. Reconoció, no obstante, que existen factores propios de cada individuo que influyen en el nivel sanguíneo de colesterol, de modo que una alimentación rica en grasas no provoca en todas las personas idéntico aumento del colesterol.Para mantener el colesterol dentro de límites normales, los expertos de la OMS recomiendan una alimentación con abundantes verduras y frutas, acompañadas de pescado, aves de corral, carne magra, productos lácteos descremados y aceite de maíz o de oliva; desaconsejan las carnes grasas, los productos lácteos ricos en grasa (leche sin descremar, nata y quesos), los huevos y las bebidas alcohólicas (por su elevado contenido energético y su escasa proporción de nutrientes).

Se ha demostrado inequívocamente que la presión. arterial es un elemento que permite prever el riesgo de enfermedad de las coronarias.

Los dos elementos que más contribuyen al mantenimiento de la presión arterial dentro de límites correctos son el peso normal y la baja ingestión de sal. Según ha demostrado un estudio realizado en la isla de Tokelau, en el Pacífico, en una población físicamente muy activa, que consume muy poca sal (menos de tres gramos diarios), delgada y con escasa necesidad de luchar por la subsistencia o por el poder, la hipertensión arterial es prácticamente inexistente.

Claro es que nada puede hacerse para evitar el aumento de la tensión arterial si cada individuo no conoce sus valores y si el médico no la vigila con regularidad. Por ello, la OM S recomienda la medición sistemática y regular de la presión arterial.

Dejando de lado los aspectos comerciales del actual auge del iogging, el comité de expertos de la OMS recomienda firmemente a todos los grupos de población un aumento del ejercicio fisico, sin señalar ninguna forma concreta, para combatir los efectos del sedentarismo.

Claro es que el ejercicio fisico ha de dosificarse convenientemente y que la moda actual de los maratones puede producir más daño que beneficio, al extenderse su práctica a personas que, sin la menor vigilancia médica, se lanzan a correr por calles y parques. Ya se ha afirmado en Estados Unidos que la práctica inmoderada del jogging está causando más lesiones de las que previene, si bien no se ha alzado todavía ninguna voz seria contra otras formas de ejercicio, como la natación o la bicicleta fija.

Explotación comercial

En una sociedad consumista como la que vivimos, hay siempre intereses comerciales dispuestos a ganar dinero en lo que sea. Si se habla de que los alimentos están cargados de aditivos, aparecen pronto comerciantes que venden alimentos biológicos, esto es, cultivados sin abonos químicos y sin aplicación de plaguicidas. Sin embargo, un cuidadoso estudio efectuado en Suiza ha mostrado que esos productos biológicos contienen prácticamente las mismas concentraciones de tales sustancias que los demás alimentos, porque los plaguicidas son transportados por el aire a gran distancia del punto de aplicación. Basándose en los consejos científicos dirigidos contra el uso excesivo de sal, han aparecido ya libros (La sal asesina) y artículos que presentan a la sal como un condimento que debe proscribirse, cuando lo único que se ha recomendado a la población en general es que modere su empleo. Es posible que se observen pronto trastornos debidos al consumo insuficiente de sal, pues el cloro y el sodio son elementos indispensables en numerosas funciones orgánicas.Pero, sin duda, el aspecto más desvergonzado de la explotación de la actual preocupación por la salud es el de las compañías tabaqueras que asocian sus productos a la vida al aire libre, la juventud y el deporte. Cuando cientos de estudios prueban la relación entre el tabaquismo y distintas enfermedades, en particular el cáncer de pulmón, debería quedar prohíbída toda publicidad que relacione al tabaco con formas de vida sana.

J. A. Valtueña es médico, especialista en temas de sociología médica.

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