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La Quinta de los Molinos, finca de 21 hectáreas, paliará el déficit de zonas verdes del distrito de San Blas

La Quinta de los Molinos será abierta mañana al público, y así los madrileños, y en especial los vecinos del distrito de San Blas podrán disfrutar los fines de semana y días festivos de 214.746 metros cuadrados de zona verde, acotada y dotada de paseos, estanques, grutas y unas edificaciones que la junta municipal utilizará como centros culturales. La recuperación de esta finca, utilizada hasta hace tres años como residencia familiar y considerada hasta 1980 terreno edificable en las ordenanzas municipales, es la consecuencia de un convenio urbanístico firmado entre el propietario y el Ayuntamiento de Madrid.

El terreno tiene su acceso principal por la avenida de Aragón, al lado de la estación de metro de Suances. Un largo paseo arbolado comunica esta entrada con las dos edificaciones principales situadas ya casi al borde de la carretera de Barcelona. Los dos grandes campos de almendros y olivos, a ambos lados de estas construcciones, serán los únicos que desaparecerán, para ser sustituidos por bloques con un máximo de cinco alturas. La razón es que la finca, a pesar de ser zona verde consolidada, era considerada como terreno edificable por unas ordenanzas que permitían la construcción de viviendas unifamiliares.

Contenido del acuerdo

El 17 de septiembre de 1980, la Gerencia Municipal de Urbanismo llegaba a un acuerdo con el propietario, César Cort, considerado como uno de los grandes poseedores de terrenos en la zona, por el que se concentraba el volumen de edificación de toda la finca en las dos esquinas más cercanas a la carretera de Barcelona. El acuerdo fijaba que en los 71.883 metros cuadrados que quedaban como propiedad de Cort se podrían levantar hasta quinientas viviendas en bloques con un máximo de cinco alturas. A cambio, el resto de la finca, 214.746 metros cuadrados, el 75% de la extensión total, era cedido al Ayuntamiento.Los responsables municipales determinaron que la parte cedida tenía que dividirse en una zona cultural, que comprendiera la llamada casa rosada, otra edificación más pequeña, y un pequeño campo con gradas; y otra zona de parque mucho más extensa - 132.600 metros cuadrados-, para el esparcimiento público. La apertura de la finca, por ahora únicamente los fines de semana y festivos, se liará extensiva a todos los días cuando se cuente con la suficiente vigilancia que evite el deterioro del que esa zona verde pueda ser objeto. Para la zona cultural, hasta el momento, no se han previsto usos definitivos, aunque, según informó Manuel Martín Parra, presidente de la Junta Municipal de San Blas, se baraja la posibilidad de instalar en los edificios existentes talleres culturales y un centro social. El problema de la distancia entre la entrada principal y los edificios se podría resolver permitiendo el acceso en bicicleta.

Para evitar, entre tanto, el deterioro de estos edificios, en los que se puede comprobar que han pernoctado personas ajenas a las instalaciones, el departamento de Parques y Jardines ordenó la colocación de un cerramiento metálico, que ha costado medio millón de pesetas, con el fin de separar la zona cultural del parque.

Cientos de carpas

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La zona de parque ha sido objeto en los últimos meses de una operación de limpieza y poda y de los trabajos de reconstrucción de muro, que han costado algo más de siete millones de pesetas. Ayer se procedía aún a la instalación de 38 bancos de fundición, valorados cada uno en 20.000 pesetas, y de cincuenta papeleras, con un precio de 5.000 pesetas por unidad. El terreno, cubierto por diferentes clases de árboles y dividido por paseos, supondrá un desahogo para un distrito. como el de San Blas, que es uno de los más deficitarios de la capital en cuanto a zonas verdes. En este parque, dotado todo él de una red de riego, llamará la atención de los visitantes el estanque principal, con una profundidad máxima de tres metros, en el que habitan cientos de carpas. Otros ocho estanques de menos extensión, varias fuentes y dos grutas completan el ornato de la nueva zona verde.

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