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La libra esterlina, en su nivel más bajo desde hace 40 años

Soledad Gallego-Díaz

Desde el pasado mes de enero, la libra esterlina se ha devaluado de hecho frente al dólar en un 10,4%, colocándose en su cotización más baja desde hace cuarenta años (1,45 dólares). La debilidad de la libra, consecuencia tanto de la fortaleza de la divisa norteamericana como de los temores sobre el precio del petróleo, provocará probablemente en los próximos días un nuevo aumento de las tasas de interés bancario y del índice de inflación, que el Gobierno conservador de Margaret Thatcher había conseguido bajar notablemente.El Banco de Inglaterra, siguiendo las instrucciones del Gobierno, no interviene tampoco prácticamente para defender la libra ante otras monedas europeas y en las últimas 48 horas, el índice que mide el valor de la divisa británica frente al conjunto de divisas extranjeras alcanzó su nivel más bajo desde la crisis de noviembre de 1976.

El Gobierno se ha mantenido hasta el momento tranquilo y ha conseguido contagiar su calma a los operadores económicos. Los asesores de Margaret Thatcher defienden que la mejor política posible en estos momentos es dejar que la libra encuentre su propio precio, decisión que, por otra parte, ayuda a la exportación.

Muestras de nerviosismo

Para algunos comentaristas financieros, el Gobierno no puede dejar, sin embargo, que la libra continúe cayendo, porque ya empiezan a sentirse sus efectos sobre la inflación, y Margaret Thatcher no puede permitir una subida sensible de los índices de precios al consumo porque la lucha contra la inflación supone la piedra básica de toda su política económica y del presupuesto que acaba de presentar ante la Cámara de los Comunes. Algunos índices prevén un alza de la inflación en un punto.

El mercado financiero empezó en Londres ayer a dar algunas muestras de nerviosismo, tanto ante la rapidez con la que la libra pierde puntos como ante los rumores, posteriormente desmentidos, de que la British National Oil Corporation (BNOC) había decidido una nueva reducción del precio del petróleo del mar del Norte, de los 30,50 dólares por barril actuales a 29,50, es decir, medio dólar más barato que el petróleo nigeriano de igual calidad. Una decisión de este tipo provocaría, sin duda, la reacción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y desencadenaría una nueva batalla de precios.

El desmentido oficial, en el sentido de que no se ha adoptado todavía ninguna decisión respecto a los precios, no impide que muchos observadores prevean una reducción de hasta 1,5 dólares, a la vista de la cotización del petróleo en el mercado libre de Rotterdam, el más importante del mundo, en el que el crudo del mar del Norte se está pagando a sólo veintiocho dólares. El petróleo ligero arábigo se sitúa entre veintiséis y veintiocho dólares, frente al precio oficial de veintinueve, y algunos observadores estiman que un movimiento británico a la baja puede reajustar los precios hasta incluso 25-25,5 dólares por barril. El nuevo precio del crudo del Reino Unido, quinto productor mundial, puede darse a conocer la semana próxima.

De acuerdo con este análisis, la presión sobre la libra no tiene por qué disminuir en los próximos días si se tiene en cuenta, además, la afluencia de capital británico hacia Estados Unidos y la influencia de factores políticos. Aunque los últimos sondeos siguen mostrando que Margaret Thatcher tiene una mayoría del 39% frente a un 28,5% de los laboristas, la posibilidad de que éste sea un año electoral retrae a ciertos sectores económicos, que prefieren esperar el resultado de los comicios anticipados.

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