Nuevos brotes de violencia en dos Estados de la India

El enfrentamiento entre los militantes autonomistas de la secta religiosa sij y el Gobierno federal indio de Indira Gandhi se agravó nuevamente ayer, cuando las autoridades decretaron el estado de alerta en el Punjab, un Estado del noroeste del país poblado predominantemente por sijs.

La implantación del estado de alerta se decidió ayer, después de que dos personas resultaran muertas en un tiroteo registrado entre dos grupos sijs rivales. El Templo Dorado, máximo santuario de la religión sij, está rodeado por la policía, y el líder religioso Sant Jarnail Singh Bhindrawale hizo un llamamiento a la movilización general de los fieles para defender el templo, que, asegura, podría ser invadido por la policía.Según la legislación vigente, la fuerza pública no puede en ningún caso penetrar en los lugares sagrados de las diferentes religiones que coexisten en la India. La policía afirma que los locales anejos al Templo Dorado no son lugares sagrados, sino refugios de terroristas y depósitos de armas.

El ministro federal del Interior, Prakash Chandra Sethi, admitió el martes la posibilidad de que la policía federal efectuara un registro en esos locales. Por su parte, las autoridades del Punjab han dado la orden de que todos los poseedores de armas, con licencia o sin ella, deben registrarse en las comisarías de policía.

La tensa situación en el Punjab se agravó también a causa del asesinato de un religioso hindú en la ciudad de Gurdaspur, y se temen choques entre sijs e hindúes. Estos últimos representan cerca del 40% de los dieciseis millones de habitantes del Estado.

Los dirigentes del partido Akali, que representa a los sijs y se encuentra ahora en la oposición, han anunciado la movilización de cien mil personas para manifestarse pacíficamente por las calles el próximo 4 de abril si las negociaciones para la autonomía del Punjab siguen bloqueadas.

En Assam, otro Estado indio con gravísimos problemas, la Asamblea Legislativa local comenzó sus trabajos entre el estallido de bombas, según informan los enviados especiales de periódicos indios a esta región del noreste del país, donde está prohibida la entrada a la Prensa extranjera.

Tres artefactos explosionaron el martes en edificios oficiales de la capital del Estado, Gauhati, causando varios heridos, e incendios provocados destruyeron numerosas viviendas.

Los enfrentamientos raciales, indican los corresponsales, han causado dieciséis muertos y varias decenas de heridos en las últimas 24 horas. Estas nuevas víctimas vienen a sumarse a los 1.700 muertos reconocidos oficialmente por las autoridades indias, aunque la oposición los cifra entre 5.000 y 10.000. Tres líderes del movimiento estudiantil contra los inmigrantes extranjeros en Assam fueron detenidos el martes, según el diario The Times of India, que escribía ayer: "La violencia y el terror reinan en Assam, a pesar de la presencia del Ejército. Se calcula que desde que empezaron los disturbios, el pasado mes de febrero, se han trasladado a este Estado unos 150.000 hombres de la Policía Federal y el Ejército".