El Rey dice que España "se propone mantener un margen de autonomía suficiente para defender sus intereses nacionales"

Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, dieron ayer la bienvenida a los monarcas suecos, Carlos Gustavo y Silvia, en la primera visita que realiza a nuestro país en cincuenta años un representante de la realeza nórdica. El bisabuelo del actual monarca sueco, Gustavo V, visitó oficialmente España en 1933.

Por la noche, y en una cena de gala ofrecida a los reyes de Suecia en el palacio de Oriente, el rey Juan Carlos I definió el nuevo papel que han asumido en el mundo contemporáneo las dos monarquías como el de "servicio escrupuloso a una Constitución democrática y pluralista".Las palabras de don Juan Carlos, las primeras que pronuncia en público desde el mensaje navideño, estuvieron dedicadas particularmente a la proyección exterior de España y contienen una línea muy en consecuencia con las declaraciones en este terreno del nuevo Gobierno socialista. "España, desde la dimensión occidental que es característica definitoria de su identidad como nación y dentro de esa órbita en la que está firmemente anclada, se propone, a su vez, mantener un margen de auto nomía suficiente para defender sus intereses nacionales. Y, desde esa autonomía, poder contribuir eficazmente a la causa de la paz y de la libertad en la esfera internacional", afirmo el Monarca español.

El presidente del Gobierno, Felipe González, y los ministros de Asuntos Exteriores, Economía y Hacienda, Industria, Cultura y de la Presidencia acudieron a mediodía de ayer al aeropuerto de Barajas para la ceremonia de recepción, en la que Juan Carlos I y Carlos Gustavo de Suecia pasaron revista, ambos de uniforme, a las fuerzas que les rendían honores y saludaron a los presentes.

Los reyes de Suecia estarán hasta el jueves en Madrid y posteriormente realizarán una visita a Sevilla, antes de regresar a su país el viernes por la tarde. El ministro sueco de Asuntos Exteriores, Lennart Bodstrom, mantuvo ayer un primer contacto de trabajo con su colega Fernando Morán, en el cual ambos estuvieron de acuerdo en que las dos naciones comparten los principios de paz y de progreso de la Europa occidental y, en el terreno bilateral, pueden mejorar las relaciones en las áreas comercial, política y cultural.

El jefe de la diplomacia española manifestó, en una conferencia de Prensa, que España, después de su entrada en el Mercado Común, seguirá tratando a Suecia de la misma forma que ahora en sus relaciones comerciales y evitará que se impongan políticas proteccionistas en el seno de la Comunidad respecto de terceros países.

Por lo que respecta a las relaciones económicas hispano-suecas, la balanza comercial ofrece una situación de relativo equilibrio, con un intercambio que supera por ambas partes los 25.000 millones de pesetas. El año pasado el déficit fue desfavorable a España por un valor de 3.400 millones de pesetas. El grueso de las ventas españolas a Suecia lo componen productos derivados del petróleo, frutas y legumbres. Suecia vende a España productos de la industria mecánica, automóviles y equipos de telecomunicación.

Carlos Gustavo y Silvia serán los primeros huéspedes oficiales extranjeros que utilizarán la recíentemente renovada residencia del palacio del Pardo, antiguo domicilio y despacho del general Franco y que de ahora en adelante será la vivienda de los jefes de Estado que nos visiten.

Identidad de regímenes políticos

Para hoy los reyes de Suecia tienen previsto acudir a una recepción que le ofrecen las dos cámaras de las Cortes españolas en el palacio de la Carrera de San Jerónimo. Don Juan Carlos destacó en su discurso, durante la cena de gala, que la "identidad de nuestros regímenes políticos se acompaña además de toda la admiración que la España democrática experimenta por el modelo de sociedad que vuestro país representa, tanto en lo interior como en el planteamiento constante de su política exterior".

El Rey añadió: "Vuestro país ofrece para nosotros el ejemplo de una sociedad industrial que ha sabido conquistar una de las mayores cotas de riqueza y de igualdad en su distribución en el mundo actual. Sostiene, al mismo tiempo, el más estricto cumplimiento de los valores liberales que distinguen a nuestra tradición occidental y no renuncia a una decidida actitud solidaria respecto de las naciones más débiles y menos favorecidas".

"Por encima de los programas específicos de vuestros partidos políticos, Suecia ha alcanzado una incontestada continuidad en su política exterior, basada en una neutralidad de hondas raíces históricas, que sabe combinar el mayor grado de autonomía -sobre la base de todos los esfuerzos defensivos necesarios- con la preocupación más atenta por el equilibrio nórdico, europeo y global".

"España, desde la dimensión occidental que es característica definitoria de su identidad como nación, y dentro de esa órbita en la que está firmemente anclada, se propone, a su vez, mantener un margen de autonomía suficiente para defender sus intereses nacionales y, desde esa autonomía, poder contribuir eficazmente a la causa de la paz y de la libertad en la esfera internacional. Todo ello dentro del respeto de los equilibrios regionales o globales que son un hecho de nuestra historia contemporánea".

Refiriéndose a las relaciones bilaterales, don Juan Carlos hizo votos "para que este nuevo encuentro entre nosotros lleve a una intensificación de la cooperación de nuestros dos países, tanto a nivel interno como a nivel diplomático general, de cara a los grandes problemas internacionales a que se enfrenta el mundo".

En este último capítulo, el mo narca español se refirió a la necesidad de que las dos naciones sigan cooperando en el Consejo de Europa y en la Conferencia de Se guridad, que se celebra en Madrid, o en los temas de derechos huma nos, la lucha contra la contaminación de los mares y la erradicación del terrorismo. "Asimismo nues tras dos naciones", afirmó don Juan Carlos, "pueden contribuir a elaborar una estrategia común de cara al diálogo Norte-Sur y a lo esfuerzos en pos de un nuevo or den económico internacional. Un nuevo orden que sepa dar así a la comunidad internacional las mayores garantías de paz, basada en esa solidaridad entre países ricos y pobres que han pedido en su última reunión en Nueva Delhi los neutrales y no alineados y a la que han asistido como invitados tanto Suecia como España".

En su respuesta, el rey Carlo

Gustavo agradeció la hospitalidad española y dijo que "es fácil comprender y participar del entusias mo que muchos de mis compatrio tas sienten por España y por su pueblo. La cordialidad y la generosidad con que se nos recibe aquí han hecho de España la meta turística más apreciada por parte de medio millón de suecos que la vis¡tan cada año".

El rey de Suecia tuvo después palabras de elogio para la transición democrática española: "Lo que en estos últimos años ha tenido lugar en vuestro país se ha hecho merecedor de un profundo respeto y admiración por parte de las naciones que profesan los principios de la democracia y del Estado de derecho. Somos también muy conscientes del papel central que vuestra majestad ha desempeñado personalmente en esta pacífica transformación de España".