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Humberto de Saboya vivió en Portugal un exilio amargo

La capilla ardiente donde están expuestos los restos mortales del ex rey Humberto de Italia serán abiertos hoy al público en la abadía francesa de Hautecombe. Humberto de Saboya murió el viernes sin poder cumplir su deseo de volver a Italia. En Portugal, donde Humberto de Saboya pasó un largo y amargo exilio, las ventanas de Villa Italia, en Cascais, están cerradas. La playa de los alrededores de Lisboa acaba de perder uno de -los últimos sobrevivientes de la pléyade de cabezas coronadas que contribuyeron, después de la segunda guerra mundial, a darle el nombre de playa de los reyes.A corta distancia, otro chalé, muy parecido, alberga aún esporádicamente a otro descendiente de casa real: don Juan de Borbón.

El cementerio de Estoril alberga para siempre los restos de varias dinastías; en Lisboa, el panteón de la casa de Braganza, los féretros de Karol de Rumanía y de su esposa, Elvira Popescu, esperan una problemática autorización de regreso a la antigua patria.

Aquí han muerto también otros reyes destronados por revoluciones más recientes, quienes Juntaron en sus fiestas fastuosas de los años cincuenta a las aristocracias del momento de Europa.

La familia real de Italia fue una de las últimas en llegar. Humberto, casi el último en partir.

El 9 de mayo de 1946, el crucero. Ducca degli Abruzzi, una de las últimas unidades de la marina de guerra italiana, traía a Lisboa a la reina María José y a sus cuatro hijos, que se instalaron en la finca de Aldeia da Piedade, en la zona serrana de Colares, puesta a su disposición por la duquesa de Cadaval.

La felicidad de los primeros años de Villa Italia se apagó con los años, con la dispersión de la familia, la muerte de los sueños de un imposible regreso, la desaparición de los amigos.

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María Pía, la mayor de las princesas de Saboya, vive en París. Su boda, en febrero de 1954, con Alexandre de Yugoslavia fue una de las últimas oportunidades de reunir en Cascais a la más rancia aristocracia europea.

María Gabriela, la predilecta, reside en el sur de Francia, deshecho su matrimonio con el banquero Robert Balkany. Beatriz, la pequeña, está casada en México con un rico latifundista argentino.

Y el príncipe heredero, Víctor Emanuel, casado con Marina Doria, es un activo hombre de negocios. Reside en Suiza y tiene un hijo que nunca será el rey de Italia.

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