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"Cuba daría la bienvenida a una gestión española para la paz en Centroamérica", declara el ministro Malmierca

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Isidoro Malmierca, concluyó ayer su visita oficial a Madrid, tras ser recibido en audiencia por el Rey, almorzar con su colega español, Fernando Morán -seguido de conversaciones formales- y asistir a la recepción ofrecida en la embajada. Malmierca prolongará su estancia privada en España y dedicará este fin de semana a conocer Sevilla. El ministro cubano transmitió una invitación oficial a don Juan Carlos para que visite La Habana y reiteró el interés de Fidel Castro por venir a España en un viaje al que todavía no ha sido posible fijar fecha. Malmierca aseguré que la deuda cubana con nuestro país ya ha sido satisfactoriamente negociada y que no existen indemnizaciones pendientes a ciudadanos españoles. En cuanto al conflicto centroamericano, Afirmó que Cuba daría la bienvenida a una gestión española en favor de la paz.

Mediodía del viernes. Ambiente de optimismo en el séquito que le acompaña en la suite del hotel. Unos minutos de espera con los corresponsales de la agencia cubana Prensa Latina permiten advertir la diferencia de efectivos periodísticos -un hombre en Madrid, quince en París- El ministro acaba de llegar de La Zarzuela, donde ha sido recibido por el Rey. En la tarde del jueves estuvo también con el presidente del Gobierno, Felipe González. En la Moncloa no facilitan detalles sobre la conversación mantenida en presencia de los embajadores español y cubano en La Habana y Madrid.El ministro Malmierca resume abiertamente las impresiones de sus encuentros y, Cohiba en mano, compone la imagen de un político madrileño. Del encuentro con el presidente del Gobierno, Malmierca destaca el ambiente cordial y amistoso y el amplio balance internacional trazado, con especial referencia a algunos problemas políticos y una evaluación de la situación económica. Insistió en la voluntad coincidente de Cuba y España por contribuir al mantenimiento de la paz y hacer que prevalezca el clima de distensión. El presidente español estuvo interesado en el desarrollo de la VII cumbre de los no alineados. El ministro cubano, que procedía de Nueva Delhi, dio su propia valoración centrada en el éxito que ha supuesto la asistencia de más di sesenta jefes de Estado y de Gobierno, el ambiente constructivo de las sesiones y la importancia del texto fijado en la declaración final.

En cuanto a Centroamérica, Malmierca expuso el punto de vista cubano acerca del auge de la lucha popular en la región y de la voluntad popular por un futuro independiente. También detalló los riesgos de una intervención militar directa norteamericana y el criterio cubano de trabajar para impedir que llegue a materializarse esa amenaza. De la audiencia con don Juan Carlos, el ministro se limitó a reseñar la invitación formal de Fidel Castro, que había transmitido al Rey, para que visite Cuba, y a los saludos que Su Majestad le había encargado que hiciera llegar al presidente cubano.

Algunas preguntas ausentes de las sesiones informativas mantenidas por Malmierca con diputados y senadores el jueves se hacían necesarias. En primer lugar, la suerte del español Gutiérrez Menoyo, que continúa en las prisiones cubanas. Para Malmierca, se trata de un condenado por los tribunales.

Menoyo, culpable

La sentencia le considera responsable de organizar una partida armada que entró ilegalmente en Cuba y combatió contra las fuerzas armadas, entre cuyos efectivos causó varias víctimas antes de que se lograra frustrar sus planes. La "generosidad revolucionaria", dice el ministro, "ha reducido el plazo de muchas condenas y ha dictado indultos, pero la existencia de víctimas hace más dificil su aplicación en el caso de Menoyo".Malmierca hace un paréntesis para explicar que el fenómeno de la doble nacionalidad no es constitucional en Cuba, y explica que él mismo y el embajador, Óscar García, son hijos de españoles, como una proporción muy alta de cubanos de esa generación. El ministro considera resuelta satisfactoriamente la renegociación de la deuda cubana con todos los acreedoris y espera que haya un progreso de las relaciones económicas con mutuo beneficio. En cuanto a las reclamaciones formuladas tras las expropiaciones revolucionarias, Malmierca estima que quedaron resueltas con todos los países, salvo con Estados Unidos, cuyo comportamiento ha impedido hasta ahora una solución. Su logro será uno de los capítulos de las futuras conversaciones con Washington, que después de 25 años no corren prisa. "Si comparamos", añade irónico, "los efectos del bloqueo norteamericano sobre Cuba con los resultados de la ayuda norteamericana ofrecida a otros países latinoamericanos, deberíamos concluir que ha sido muy favorable para nosotros el trato recibido". El canciller cubano admite en último extremo que pueden quedar algunas reclamaciones pendientes de españoles, pero indica que carece de información detallada.

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Las posibilidades de cooperación hispano-cubana nacen, a su entender, del acercamiento y la similitud de los enfoques que ambos países tienen de muchos problemas. No sólo genéricos, como la defensa de la paz, sino específicos y muy concretos. El ministro rehuyó, sin embargo, cualquier definición y hablé de la necesidad dé identificar las ocasiones de colaboración económica, cultural y política, con empresas y con organizaciones estatales. Mencionó algunos proyectos culturales discutidos por su colega de Gobierno, Armando Hart, y subrayó la constitución de una comisión nacional cubana con participación de los ministerios de Cultura, Relaciones Exteriores y Economía, así como de las Academias de Ciencias, para sumarse a la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento.

"No asesoramos a Felipe González sobre Centroamérica"

Sobre el papel que puede jugar España en América Central, Malmierca dijo enfáticamente: "No somos asesores del Gobierno de Felipe González y no nos sentimos cualificados para serlo, pero el acercamiento y vinculación de España a nuestra región le confiere una posición privilegiada y le permite trabajar en pro de las soluciones más adecuadas. Cuba dio la bienvenida a las gestiones del presidente mexicano López Portillo, a las del presidente venezolano Herrera Campins y a las de los cancilleres de México, Venezuela, Colombia y Panamá reunidos en las isla Contadora. Si hubiese una gestión española, Cuba también le daría la bienvenida".Las opciones en Centroamérica no son dudosas para Malmierca. Sólo queda esperar el desplome del Ejército salvadoreño para que se instaure un poder revolucionario o negociar una salida para dar acceso a un Gobierno popular con participación de representantes de todos los sectores y fuerzas políticas del país. El ministro cubano, cuando se le habla de las resistencias de Estados Unidos para aceptar una negociación y de sus temores de que así se impulsara la adopción de la violencia como sistema de acceso al poder, recuerda una reciente caricatura del Herald Tribune, donde se exponía una versión de la teoría del dominó. La primera ficha eran los asesores; militares norteamericanos; la segunda, la participación en acciones armadas ... ; la última, la vietnamización.

Luego la conversación derivó hacia la falta de credibilidad que tiene: el pretendido no alineamiento cubano. El ministro asegura que su país se declara "socialista, no alineado y latinoamericano y que siempre ha distinguído entre no alineamiento y neutralidad. Cuba, insiste, és antimperialista y así figura en el texto de su Constitución. Las dificultades con Estados Unidos provienen, a su entender, de que Cuba ejerce de manera soberana sus derechos. La Unión Soviética nunca ha pretendido, según el ministro, limitar la independencia cubana, y por eso cuenta con el respeto y gratitud de La Habana. Así juzga también la acción de la URSS sobre Polonia, liberada, en su opinión, de la conjura con raíces extranjeras que pretendía arrancarla del campo socialista. Ahora los polacos tienen, según Malmierca, la situación en sus manos y le han dado una solución polaca que alivia la tensión internacional.

Se evocó la pérdida de imagen de la revolución cubana. La actual generación de políticos democráticos españoles, que cifraron muchas esperanzas en el castrismo, ahora critican la falta de progreso en la causa de los derechos humanos y las libertades públicas. Malmierca acudió al sarcasmo para reconocer que en Cuba algunos derechos humanos están limitados, como el de morir de hambre, no ir a la escuela, no trabajar, ser analfabeto. En otros países latinoamericanos esos derechos están muy desarrollados". Reconoció también que en su país no hay prensa de oposición, pero añadió que "alentamos a la Prensa para que critique las cosas mal hechas".

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