El futuro político de Strauss, y los 'verdes', grandes incógnitas poseleetorales en la RFA
Al día siguiente de las elecciones federales, el interés en la República Federal de Alemania se centra en el futuro político del presidente de Baviera, Franz-Josef Strauss, que llegó ayer a Bonn para entrevistarse con el canciller federal, Helmut Kohl, y en la actitud que observarán en el Parlamento federal (Bundestag) los veintisiete diputados verdes.
Probablemente, ni el mismo Strauss sabe lo que hará en el futuro. El socialcristiano bávaro es un hombre que deja siempre abiertas todas las opciones para no cogerse los dedos, capaz de toda clase de piruetas políticas y cambios sobre la marcha. El resultado de las elecciones hace casi imposible la entrada de Strauss en el Ministerio de Asuntos Exteriores. El liberal Hans-Dietrich Genscher (FDP) ha salido fuerte, con el 6,9%, que nadie esperaba hace unas semanas, cuando casi todos daban al partido por muerto.El 6,9% de los liberales es un éxito de Genscher, que tiene suficientes agallas políticas para no dejarse arrebatar la cartera de Exteriores, aunque el FDP perderá peso en el futuro Gabinete, por lo menos un Ministerio.
La incógnita es qué hará Strauss, que ya anunció que de momento acepta el escaño de diputado y "estoy montado en la diligencia", de la que podría apearse después de las negociaciones de una nueva coalición.
¿Vicecanciller?
A Strauss le queda la posibilidad de ser vicencanciller, un cargo carente de contenido político inmediato, pero que le convertiría en una especie de centinela en, Bonn, unido a uno de los ministerios clásicos. Sólo caben para Strauss los de Economía o Hacienda y el de Defensa.En Economía es difícil que los liberales (FDP) sacrifiquen al conde Otto Lambsdorff, a no ser que sea definitivamente procesado por su implicación en el caso Flick, de donativos y sobornos a los partidos. Incluso sin el conde, el FDP exigiría su presencia en la política económica, porque el partido basó su campaña en la continuidad de la política exterior y la defensa de la oconomía de mercado. A Strauss le queéitría la posibilidad de hacerse cargo de la cartera de Defensa o también de quedarse en Munich.
Genscher, gracias a que los verdes impidieron la mayoría democristiana (CDU-CSU), podrá continuar con los liberales (FDP) el juego del partido bisagra, porque a los democristianos (CDU-CSU) les faltan seis diputados para la mayoría absoluta en el Bundestag. El FDP y Genscher han conseguido una vez más su objetivo: entrar en el Bundestag y ser el pesó que inclina la balanza en una dirección, en este caso a la derecha.
La entrada de los verdes en el Bundestag supone un cambio cualitativo en la vida pblítica de la RFA. Por primera vez desde 1961 volverá al Bundestag un nuevo partido, al lado de los socialdemócratas (SPD) y liberales (FDP).
'Transparencia verde'
Los verdes han anunciado ya ayer que están dispuestos a hacer más transparente el Bundestag, lo que en Bonn pone los pelos de punta, al pensar que de la Comisión de Defensa o la del Interior puedan trascender las deliberaciones al exterior. Los verdes (ecologistas y pacifistas) anunciaron ayer que continuarán la política de resistencia no sólo parlamentaria, sino también extraparlarnentaria, y se consideran como los abogados defensores de los desheredados y todos los que hasta ahora carecían de lobbies en Bonn.Los verdes más destacados, Petra Kelly y el ex general Gert Bastian, se sentarán en el futuro Bundestag, y también el abogado berlinés Otto Schily, que alcanzó notoriedad en los años setenta, al defender a Ulrike Meinhof, Andreas Baader y los principales acusados de terrorismo.
Los verdes trajeron ayer a Bonn el lenguaje de la oposición extraparlamentaria de fines de los sesenta y hablaron de resistencia no violenta y desobediencia cívica contra el estacionamiento de los nuevos cohetes atómicos y también de la violencia estructural del sistema. Un lenguaje que hace temblar al sistema establecido. La interrogante sobre el futuro de los verdes es si serán devorados por el aparato o conseguirán mantener sus posiciones radicales de oposición. De momento, los verdes aseguran que mantendrán la rotación de diputados cada dos años para evitar el anquilosamiento y la burocratización.
Las bases podrán decidir en asamblea y por una mayoría del 70% si los diputados pueden continuar otros dos años hasta el final de la legislatura.
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