El temporal de nieve provocó la muerte de numerosos ciervos y corzos

Ciervos y corzos, en número aún no precisado, pero que podrían superar los cuatrocientos ejemplares, han sido hallados muertos en la reserva nacional del Saja, en Cantabria, al retirarse la nieve que durante más de un mes cubrió la zona. Las difíciles condiciones climatológicas han actuado de implacable selección natural, acabando con la vida de los ejemplares menos dotados. Desde hace quince días, guardas de la reserva, personal del Icona y voluntarios recorren ésta para enterrar o quemar los cadáveres de los animales muertos.La reserva nacional del Saja, situada entre los valles cántabros de Cabuérniga y Campoo, está considerada como el más importante bosque de hayas de Europa, y su fauna, estimada, la pasada primavera, en más de mil corzos, dos mil ciervos y doscientos jabalíes, así como otras especies no controladas por el Icona. La reserva se extiende a lo largo de 186 hectáreas, con numerosas vaguadas y densas superficies de hayas y robles. En años anteriores, y al objeto de mantener el equilibrio ecológico y paliar en parte los problemas causados por los animales en las fincas cercanas en razón de su número, el Icona autorizaba dos campañas anuales de caza, posibilidad que parece descartada en el presente año, al haber realizado la selección natural de los ejemplares más débiles la propia naturaleza.

En las vaguadas, en el interior de los bosques y en escarpados lugares, los guardas van detectando, dejándose guiar por las aves carroñeras, los restos de los animales muertos, la mayor parte jóvenes, entre uno y dos años, cuando aún no se ha retirado totalmente la nieve. El frío y el hambre pudieron ser, en la mayoría de los casos, la causa de la muerte de los animales.